domingo, 19 de abril de 2009

ÁLBUM GRÁFICO DE MELILLA Y LA CAMPAÑA DE 1909 (03)

ÁLBUM GRÁFICO DE MELILLA Y LA CAMPAÑA DE 1909 (03)
Juan Diez Sánchez
Croquis de las operaciones del día 9

La campaña de 1909
Ante la grave agresión sufrida el día nueve de julio de 1909 por los obreros del ferrocarril, salió de Melilla un contingente de soldados que ocupó algunas posiciones hasta cerca del tómbolo conocido como Monte Atalayón, para castigar a los cabileños y ofrecer la seguridad necesaria a la realización del trazado del ferrocarril minero.
La penetración de las fuerzas españolas resultó una sorpresa para los rífenos, que confundían cautela con debilidad e incluso creían que España era ajena al asunto minero. Al igual que sorprendió al General Marina, Comandante General de Melilla, el hecho de que los cabileños, La Harka, dispusieran de abundantes armas y municiones, en contra de la información que con anterioridad se disponía en Melilla. Entonces se barajó la posibilidad de que estas armas y municiones fueran suministradas por Alemania, enemiga política de Francia y también interesada en los negocios mineros de Uixan. Estas sorpresas mutuas consiguieron que la acción de ocupación de posiciones, en las que se minimizó las posibilidades de un conflicto, se viera continuada por numerosas escaramuzas e incluso combates de tanto renombre como el que se desarrolló en el Barranco del Lobo.

foto aerea de las operaciones del día 9

Tregua y preparativos
Ante la manifiesta deficiencia en la preparación de los soldados españoles y el hecho de que La Harka se fue haciendo más numerosa con la llegada de campesinos de tierras lejanas, mientras que las cábilas fronterizas a Melilla permanecían neutrales e incluso se refugiaban en la ciudad. Se estableció una Tregua y la ciudad comenzó a recibir refuerzos de todo tipo.
Melilla se convirtió rápidamente y por algún tiempo en un gran campamento militar, donde se instruía a los más de cuarenta mil soldados recién llegados y se almacenaba gran cantidad de material bélico. La ciudad se llenó de periodistas nacionales, corresponsales extranjeros, e incluso curiosos se utilizaron nuevos adelantos técnicos como la radiotelegrafía, automóviles o los globos cautivos.

foto aerea del campamento

Ocupación del Gurugú
Finalizado el período de organización que se desarrolló desde finales de julio, a partir de mediados de septiembre se emprendió la tarea de ocupar el territorio imprescindible para asegurar las explotaciones y comunicaciones mineras. Se iniciaron en primer lugar las operaciones de toma de posiciones y aislamiento de la Península de Tres Forcas, en donde tuvieron lugar los episodios de Taxdirt y del Cabo Noval. Para acometer seguidamente la tara más difícil: ocupar el Gurugú, macizo montañoso que se hizo famoso en toda España tras los sucesos del Barranco del Lobo, macizo que domina toda la zona y cuyos barrancos ofrecían refugio a los cabileños que se oponían a la presencia extranjera en su tierra. Después de varias operaciones que partieron de las posiciones militares próximas al Monte Atalayón y del campamento de la Restinga, Karia de Arkeman, Nador, Tahuima y Zeluan, se consiguió ocupar el Gurugú, tras lo cual se alcanzó la paz entre los contendientes en el mes de noviembre del mismo 1909.


Ocupación del Gurugú

Índice de las principales acciones de la campaña
(Constantino Domínguez Sánchez).
  • 9 julio Agresión a los obreros españoles en las proximidades del km. 6 del tendido de la vía de ferrocarril de las Minas y comienzo de la campaña.
  • 18 julio Ataque a las posiciones de Sidi Hamct el Hach.
  • 23 julio Combate en los Lavaderos y Sidi Musa.
  • 27 julio Combate en las estribaciones del Gurugú (Barranco del Lobo).
  • 20 septiembre Acción en Taurirt y Taxdirt con objeto de aislar la Península de Tres Forcas.
  • 22 septiembre Operaciones en Hidum y Zoco el Had de Beni Chicar.
  • 25 septiembre Ocupación de Nador y Tahuima.
  • 27 septiembre Ocupación de Zeluán.
  • 28 septiembre Agresión a Zoco el Had de Beni Chicar por los refeños. Ocupación de Bugensein.
  • 30 septiembre Reconocimiento sobre el Zoco Jemis de Bcni Bu Ifrur.
  • 06 noviembre Ocupación de Hidum.
  • 25 noviembre Ocupación de la Meseta de Atlaten.

Los soldados


Corneta de Infant. de Linea en traje de Campana de invierno. 1909

La exigua guarnición de Melilla, compuesta por algo más de cuatro mil hombres, resultó insuficiente ante el desarrollo de los graves sucesos del mes de julio de 1909. Por lo que el Gobierno de Madrid se vio en la necesidad de llamar a filas a los reservistas. Unos reservistas en muchos casos con familia que mantener, casados e incluso mayores de treinta años. Y que en alguna ocasión después de un largo y penoso viaje, tras desembarcar en el puerto de Melilla, tuvieron que acudir inmediatamente a la primera línea de combate. Un lamentable espectáculo que unido al hecho de la falta de preparación militar de estos reservistas, utilización por parte de los mandos de técnicas de combate desfasadas, desconocimiento del terreno y oposición de las masas populares de las grandes ciudades españolas; hizo que la moral de los soldados en Melilla estuviera por los suelos. Ante los negativos resultados obtenidos en los primeros combates y las numerosas críticas, el Gobierno español recondujo la política militar en Melilla estableciendo una tregua que sería aprovechada para instruir a los soldados en nuevas modalidades de combate, aumentar y mejorarla artillería, introducir adelantos técnicas como fue la importación de camellos de Argelia, así como efectuar cambios en los uniformes militares para conseguir un mejor camuflaje de su usuario: adoptándose el traje de faena de ralladillo y también el gorro tipo salacorf. Repartiéndose así mismo gafas en defensa de las polvaredas levantadas por los fuertes, como frecuentes vientos. Igualmente a la tropa se le subió la paga, prometió ascensos y concedió franquicia postal. Mientras que los reservistas que llegaron a Melilla pasaron destinados a prestar servicios mecánicos y de guarnición. En tanto que los nuevos reservistas se quedaban directamente en los cuarteles de la península. Unas acertadas disposiciones que unidas a las medidas higiénicas tomadas en los campamentos y a la no escasez de alimentos ni de agua, que en parte se traía de Torremolinos (Málaga), hizo que la opinión pública nacional cambiara e incluso se volcara en atenciones hacia los expedicionarios en Melilla o los soldados evacuados a la península. Consiguiéndose gracias a todas estas medidas la necesaria instrucción y moral en la tropa.

La Harka


Harka Rifeña

Así se denominaba al contingente de rífenos que se opuso a la continuación de los trabajos de las compañías mineras, y por consiguiente combatió a los soldados españoles. Harka es sinónimo de expedición guerrera, en esta ocasión contra los cristianos que se atrevían a invadir su país. Si bien las cábilas inmediatas a Melilla, en su mayoría, no engrosaron las filas de esta harka pues tras el conflicto de Margallo, en 1893, habían llegado a la conclusión de que el trato con el cristiano sólo les reportaban ventajas y beneficios de todo tipo y ningún inconveniente. Así pues, vemos ahora como en 1909 las cábilas que prácticamente se oponen al minero-capitalismo son aquellas que anteriormente no han tenido trato con los europeos y son arrastradas a la lucha contra el infiel siguiendo la bandera de la Guerra Santa erradicadora de extranjeros que pretenden quitarles la riqueza minera, el alma de sus tierras. Las cábilas que se opusieron a la presencia europea olvidaron sus rencillas internas, de momento, y aportaron todos sus hombres útiles. Rífenos que acudían a la lucha como si de un deporte se tratara y con miras en conseguir algún botín producto del saqueo como recompensa. Estos sólo atacaban cuando la situación les era favorable, y en caso contrario se limitaban a hostigar a las posiciones y convoyes mediante tiradores aislados, francotiradores o "pacos" como también se les denominaba.

Los globos cautivos


Globo Júpiter Foto Campúa

Creada a fines del siglo XIX la Unidad de Aerostación del Ejército Español tuvo su bautismo de fuego en Melilla, a donde llegó el 30 de julio de 1909, componiéndose de cinco oficiales, 115 elementos de tropa y dos globos cautivos, el Reina Regente y el Urano, el primero tipo cometa y el segundo esférico. Para el transporte del material e impedimento se contaba con el auxilio de 18 carruajes tirados por 61 mulos. La primera ascensión la efectuaría el globo cometa Urano el 3 de agosto en el Campamento del Hipódromo, y en el transcurso de las operaciones militares se volvería a elevar en parajes como la Restinga, Segunda Caseta y Seganga. Estos extraños artefactos sirvieron como privilegiados puntos de observación desde los que se tomaron buena nota, por medio de potentes anteojos y máquinas fotográficas, de los accidentes del terreno teatro de operaciones. Así como de los movimientos de las fuerzas de la Harka, lo cual comunicaban inmediatamente por medio del teléfono para corregir en su caso los disparos de la artillería o preparar los futuros avances militares.

La artillería


Bateria del capitan Trujillo en Horcas

Para combatir a los harkeños y alejarlos, y así disminuir el número de bajas entre los soldados españoles, el Gobierno de Madrid no escatimó medios y envió a Melilla gran número de piezas de artillería, que se emplearon con profusión. Los bombardeos eran seguidos con expectación por la población desde las alturas de la ciudad. Según el testimonio de los rífenos, que no disponían de artillería, sólo servían para "matar tierra" y apenas conseguían resultados satisfactorios por lo abrupto del terreno que facilitaba la ocultación de los cabileños.

El cañón Schneider-Canet

Cañón Schneider en el Hipódromo

Entre las nuevas piezas de artillería que llegaron a Melilla destacó el cañón Schneider-Canet por la cadencia de fuego y alcance de sus proyectiles, superiores a los de las otras piezas artilleras entonces en servicio. Este cañón que tuvo en Melilla el bautismo de fuego dentro del ejército español ofrecía además la ventaja y comodidad a sus servidores de poder permanecer sentados, así como protegidos por una plancha de acero mientras realizaban los disparos.

Las transmisiones


Transmisiones telegráficas

Desde el año 1891 Melilla estaba conectada por cable telegráfico submarino con la península a través de Almería, y a partir de 1908 se enlazó con la misma capital andaluza por telegrafía sin hilo desde la estación instalada en el fuerte de Victoria Grande, consiguiéndose mejorar las comunicaciones telegráficas desde este fuerte con Madrid a través del auxilio de una estación repetidora situada en el buque Numancia colocado en medio del Mar de Alborán. Igualmente se utilizaron emisoras portátiles de telegrafía sin hilo para comunicar al Gobierno Militar de la ciudad con las fuerzas españolas establecidas en vanguardia, permitiéndose de esta manera la dirección centralizada de las operaciones de la Campaña. No obstante la comunicación de órdenes y noticias entre las distintas posiciones, campamentos y Melilla se realizaba principalmente por medio de heliógrafos: aparatos provistos de espejos o reflectores eléctricos para hacer señales luminosas utilizando el código Morse. Así como banderas e incluso palomas mensajeras. Mientras que con los fuertes avanzados del campo melillense, antiguos puntos de vigilancia durante la campaña de 1893, se utilizaba el teléfono. La Harka por su parte solía recurrir a los tradicionales hombres-mensajeros a pie o a caballo, y a encender hogueras en lugares elevados a fin de alertar y concentrar a sus combatientes.

Transmisiones opticas

Los primeros automóviles
Procedentes de la Comisión de Experiencias de la Escuela Central de Tiro, Sección de Artillería, de Madrid. En período experimental y para facilitar el transporte de material y municiones, llegaba en los primeros días del mes de agosto de 1909 el camión número 7, primer vehículo automóvil que circuló por las calles de Melilla.

Camión número 7

A este camión seguirían otros vehículos tipo camiones, furgón, ambulancia e incluso turismo, como la matrícula MA-25, de marca Lion Peugeot y primer automóvil militarizado al ofrecerse su propietario, junto al vehículo, como soldado voluntario.

Automóvil MA-25 Lion Peugeot

El teatro de operaciones: las Fortificaciones
Los sucesos, escaramuzas y combates que se desarrollaron en esta Campaña militar de 1909 tuvieron lugar muy cerca de Melilla. En un principio, hasta septiembre, junto a las barrancadas del macizo montañoso del Gurugú, en las proximidades de las localidades marroquíes de Beni-Enzar y Mezquita (Barrio Chino), para más adelante extenderse las operaciones hasta Nador, Zeluán, casi todo el Gurugú y la Península de Tres Forcas por completo, un terreno muy quebrado y duro, donde resulta fácil toda emboscada.

"Melilla fuerte ciudad
con murallas y cañones.

Soldaditos valientes

de leales corazones.

Tiene además cinco fuertes

bonitos a cual más bello:

San Lorenzo, Cabrerizas,

Rostrogordo y Camellos.

Con la reforma de ahora

de la Segunda Caseta,

tendrá pronto Melilla
otra bonita fortaleza".

Testimonio oral recogido de D. José Luis López Domínguez

Las defensas de Melilla

A comienzos de 1909 Melilla confiaba la seguridad de su territorio a un conjunto de fuertes, torres y fortines de vigilancia construidos en su mayoría a finales del anterior siglo y que ya habían tenido su bautismo de fuego con motivo de la denominada Campaña de 1893. Obras defensivas avanzadas, junto a la frontera, como los fuertes de Cabrerizas Altas, Rostrogordo y Sidi Guariach o en segunda línea, integrada por las torres de San Lorenzo, Camellos, Cabrerizas Bajas, Fuerte de María Cristina y Horcas Coloradas. Y fortines de Alfonso XIII, Reina Regente, Santiago, San Francisco, Sidi Bajo, Triana, Hipódromo, Puente de Camellos, Puente General Marina y Entrepuentes. En el desarrollo de la Campaña todas estas fortificaciones tienen nuevamente protagonismo, reforzado por una línea de alambradas y trincheras trazadas desde el Fortín de Triana a Rostrogordo, siguiendo el curso del río de Oro, y pasando junto al cuartel de Santiago y Cabrerizas. Una línea de 7 kilómetros de efectos más psicológicos que prácticos y destinada a proteger los barrios extremos de Melilla. Igualmente cabe reseñar que el Ejército Español ocupaba, desde comienzos del año 1908, la Restinga de Mar Chica y Cabo de Agua.

La línea general marina

Así se denominó al finalizar la Campaña al conjunto del medio centenar de campamentos y posiciones que defendían y limitaban el territorio inmediato a Melilla recién ocupado y que abarcaba la Península de Tres Forcas, casi todo el macizo montañoso del Gurugú, la zona entre Nador y Zeluán, así como la Laguna de Mar Chica completa.

Campamento y posiciones


Campamento del Hipódromo

El único campamento militar existente en julio de 1909 era el del Hipódromo, situado dentro de los límites de Melilla. A éste se le fueron uniendo en el transcurso de la Campaña otros; bien situados en la ciudad o en parajes estratégicos reciéntenme te ocupados, como: 2 Caseta, Restinga, Nador y Zeluán. Los campamentos eran centros de reservas de hombres y aprovisionamientos. Y por lo tanto, imprescindibles para repeler cualquier ataque en las proximidades o para proseguir avanzando y ocupando nuevos territorios. Las posiciones eran los puntos defensivos de variado tamaño e irregular guarnición que jalonaban la línea de contacto con el adversario así como vigilaban los lugares estratégicos situados a retaguardia.

Fortificación de campaña: los blocaos



Las antiguas trincheras de altos parapetos, semejantes a los caballeros de Vauban, han sido sustituidas por las de escaso relieve y reducida profundidad, en atención a las condiciones de los nuevos proyectiles. Los frentes dilatados se reemplazan por obras escalonadas y dispersas, viniendo a constituir lo que podríamos llamar fortificación en orden abierto, análoga a la disposición de la infantería en el momento de batalla. Esto permite también plegarse al terreno, y aprovechar sus naturales accidentes. A veces, como ocurre en los alrededores de Melilla, el suelo no ofrece facilidades para la excavación, y los parapetos se forman con sacos de lienzo llenos de tierra (que reciben el nombre de sacos terreros). Se colocan en hiladas como las piedras, a soga y tizón para mejor enlace y procurando no queden huecos. Por 3 metros de parapeto hacen falta 70 sacos. En Melilla se disponen de número suficiente. Como núcleos de defensa, puntos de apoyo de los atrincheramientos se construyo en reductos, obras cerradas, guarnecidas por una o dos Compañías, que sirven para evitar las sorpresas. En los modernos se procura disminuir su anchura y aumentar su longitud en el sentido del frente. Las trincheras-abrigos que lo forman son también de poco relieve y las comunicaciones entre frente y gola se dividen para facilitarla rápida concentración de los defensores en el sitio más amenazado. En guerras como la presente, en que el enemigo no dispone de artillería, se utilizan como reductos interiores o atrincheramientos de seguridad, que defienden perfectamente las comunicaciones o constituyen obras avanzadas, los blocaos. Los Blocaos Por su etimología podemos decir que son fuertes de madera. Su nombre, ya españolizado, se deriva de la palabra alemana "Blok", que significa tronco de árbol sin labrar, destinados a la construcción. ..."A pesar de esto, se llaman así también los que se construyen con materiales metálicos o mampostería. La planta puede tener diversas formas, aplicables en cada caso; pero aunque la mejor es la circular, por no dejar sectores privados de fuego, la más empleada es la rectangular, sobre todo con materiales de madera o hierro. Con una anchura mínima de tres metros, para que pueda hacerse fuego por las caras opuestas, y una altura de 2,50 metros por lo menos, se les da la longitud proporcionada a su guarnición, que suele variar entre 30 y 100 hombres. Guando es posible, se excava en el terreno, parte de su altura, con lo cual se consigue disminuir su visibilidad. En los de madera, las paredes se forman con vigas colocadas vertical u horizontalmente. El último sistema es de construcción más rápida y sencilla. Se deja una aspillera horizontal a la altura conveniente para que puedan hacer fuego los defensores colocados de pie en una banqueta interior, en la que permanecen sentados o echados el resto del tiempo, para evitar que les hieran los proyectiles que penetren por la abertura. Se rodea por el exterior de un parapeto de tierra, que defienda de las balas enemigas sin necesidad de aumentar el espesor de la madera, y en su defensa se cubren las vigas con planchas de plomo. La puerta de entrada, de las menores dimensiones posibles, está también chapada y se coloca en el frente menos amenazado La cubierta, cuando el enemigo ocupa posiciones dominantes, se blinda como las paredes. Se construyen algunos de dos pisos, el superior saliente con matacanes para batir el pie de las paredes e impedir los intentos de incendio, aunque más práctico es rodear los blocaus de defensas accesorias y principalmente de alambradas, unas insustituibles marañas que detienen al enemigo más audaz y que resultados tan maravillosos ofrecen. Tales son los reducidos fortines que parecen destinados a ser escenario de los grandes heroísmos. Sin remontarnos a tiempos antiguos, en que ya se registraron hermosas defensas de blocaus en nuestras guerras de Cuba, la torre óptica de Colón (1871) y el fortín Ramblazo (1893) dieron ocasión a bizarros soldados españoles para ganar la gran laureada de San Femando ...".


Los Blocaos de la campaña
En el transcurso del año 1909 se procedió a levantar una serie de blocaos a fin de mantener una constante vigilancia sobre las cañadas del Gurugú, desde las que se atacaba impunemente la estratégica vía férrea que comunicaba Melilla con el Campamento de 2ª Caseta:

Blocao Nº 1

Construido frente al Barranco de Alfer y entre las vías férreas y Mar Chica. Más tarde se denominó "Velarde" en memoria del 2S Teniente D. Alfonso Velarde, que perdió la vida en su defensa.


Blocao Nº 2

Llamado también "De carriles", por utilizarse este material para el blindaje. Estuvo situado entre las vías férreas y junto a la salida del Barranco del Lobo, a 800 metros al Norte del blocao nº 1.

Blocao Nº 3

Situado entre Mar Chica y las vías férreas. Y a mitad de camino de la Posada del Cabo Moreno y la Caseta. Se aprovechó las ruinas de la casa del Cabo Moreno para su construcción.

Blocao 1ª Caseta

Las necesidades defensivas también obligaron a transformar la 1- Caseta del ferrocarril en blocao tras añadirle un piso blindado en la azotea y rodearla de alambradas.
Con motivo de la Campaña también se levantaría al Norte del Fortín y Campamento de la Restinga (Mar Chica) un pequeño blocao, de características diferentes a los anteriores y cuyos restos aún se conservan.

sábado, 18 de abril de 2009

ÁLBUM GRÁFICO DE MELILLA Y LA CAMPAÑA DE 1909 (02)

ÁLBUM GRÁFICO DE MELILLA Y LA CAMPAÑA DE 1909 (02)
Juan Diez Sánchez

Hospitales
Entrada Hospital Real

El hospital Real de la ciudad, situado en Melilla la Vieja, se vio desbordado por el alto número de heridos en los primeros combates de la Campaña. Habilitándose de forma urgente como hospitales provisionales la Iglesia de la Purísima Concepción, el Teatro Alcántara e incluso la Escuela Pública de la Calle Alta.

Teatro Alcántara

Más tarde se instalarían los nuevos centros sanitarios de Buen Acuerdo, Enfermería Indígena, Docker, Alfonso XIII y la Alcazaba. Así como hospitales de sangre en los campamentos del Hipódromo, del Zoco y Rostrogordo.

Hospital de la Alcazaba

Para que no sucediera igual que en la Campaña de 1893, en el transcurso de la cual murieron más soldados en los campamentos que en combate, se extremaron las condiciones sanitarias de los acuartelamientos y provisiones alimenticias. Lográndose una mortandad inferior a la de la Península. También se crearía la Asamblea de la Cruz Roja de Melilla y se recibirían numerosas ambulancias, algunas de ellas automóviles, y donadas por particulares.

Enfermería Indígena

La población civil melillense participó activamente en la evacuación de heridos desde los límites de la ciudad a los centros hospitalarios, destacando los cocheros que de forma altruista preferían transportar en lugar de clientes, a soldados heridos de forma gratuita. Actitud ciudadana encomiable que también se vio reflejada en los distintos puertos de la Península a los que llegaban los heridos evacuados desde Melilla tras practicársele las primeras curas. Cabe reseñar igualmente que ante las perentorias necesidades del momento, hasta las Islas Chafarinas acogieron algunos militares convalecientes.

Desembarcos de heridos en el muelle de Valencia Foto: Gómez Durán

Los paisanos
Los ciudadanos melillenses fueron testigos de excepción de esta contienda que se desarrolló junto a los límites de la ciudad. Y si en un primer momento el pánico se apoderó de la población y marcharon unas 300 personas a Málaga, mujeres y niños principalmente. Pronto los civiles se acostumbraron a los continuos movimientos de tropa y bombardeos sobre las faldas del monte Gurugú efectuados desde las baterías artilleras de Camellos, San Lorenzo, Hipódromo y Lavaderos. Colocándose la gente en las alturas de la ciudad para presenciar los combates. Colaborando cuando las circunstancias lo requirieron en el auxilio y transporte de heridos así como de municiones. Las mujeres llevaban a los soldados caldos y vino, y los hombres que lo solicitaron recibieron fusiles, por si la situación se tornaba delicada. Algunos de estos melillenses resultaron heridos al acercarse demasiado a la línea de fuego.

Mujere llevaban a los soldados caldos y vino (Puerta del Campo).

Además las calles de Melilla se llenaron de adinerados y ociosos excursionistas amantes de fuertes emociones, corresponsales de prensa nacionales y extranjeros. Y de observadores militares de otros países, incluso llegados desde los Estados Unidos. Cabiendo resaltar además, y como curiosidad, que en las inmediaciones de Rostrogordo las fuerzas de seguridad detuvieron a un sospechoso súbdito ruso.

Ociosos ante la Comandanciade Melilla
Los refugiados
Los fronterizos de paz, amigos de España, vinieron a refugiarse a Melilla. Estableciendo el campamento junto al Fuerte de Camellos custodiado por soldados. Con hombres voluntarios de este campamento se formó la policía indígena que participó en las operaciones militares junto a los soldados españoles.

Campamento junto al Fuerte de Camellos

Los ferrocarriles mineros
El descubrimiento de la riqueza minera próxima a Melilla llamó la atención de grandes industriales franceses y españoles, quienes a partir de 1907 fundaron las compañías del Norte Africano y Española de Minas del Rif.

Estas sociedades enseguida acometieron las tareas de instalación de ferrocarriles que sirvieran para el inmediato transporte hasta los cotos mineros del material necesario para su explotación, así como para el posterior envío del mineral extraído a Melilla, desde donde se embarcaría en buques cargueros hasta las empresas siderúrgicas españolas, francesas, inglesas, alemanas e incluso americanas, en el caso del mineral de hierro, al resultar muy preciado por su alto grado de pureza y excelente costo.

Las operaciones del tendido de los rieles y traviesas del ferrocarril Norte Africano, de vía de 0,60 m. de ancho comenzó en 1907, mientras que la Compañía Española comenzó sus labores, utilizando vías de 1,00 m. de anchura, en 1908.

Convoy ferroviario

La Compañía Norte Africana tenía urgencia secreta en llevar su ferrocarril hasta el Monte Uixan, y así disponer de baza para disputar la posesión de los ricos yacimientos de hierro a la Compañía Española, por lo que aquella presionaba al Gobierno de Madrid en el sentido de que autorizara la continuación de sus trabajos en el campo fronterizo, un territorio en plena anarquía tras la huida del Roghi. La agresión a los obreros de la Compañía Norte Africano ocurrida el 9 de julio desencadenó la Campaña Militar y los trabajos se vieron forzosamente interrumpidos, aunque los ferrocarriles, principalmente el Norte Africano, fueron utilizados en las operaciones para llevar soldados e impedimentos, así como evacuar a los heridos a partir del Campamento de Segunda Caseta. Para el transporte de los soldados se solían utilizar dos vagones blindados aunque la mayoría de las ocasiones se realizaba sobre las plataformas del convoy, completamente descubierta, y por lo tanto era más peligroso ir colocado en ellas que andando, por los frecuentes tiroteos que se recibían desde las alturas del Gurugú por ocultos francotiradores rífenos.

Las compañías mineras disponían en la carretera de Nador, entre los actuales barrios del Hipódromo y del Real, de estaciones, talleres y superficies de terreno acotados para almacenar todo el material necesario para la construcción del tendido del ferrocarril así como desarrollar las explotaciones en los cotos mineros.

miércoles, 8 de abril de 2009

ÁLBUM GRÁFICO DE MELILLA Y LA CAMPAÑA DE 1909 (01)

ÁLBUM GRÁFICO DE MELILLA Y LA CAMPAÑA DE 1909 (01)
Juan Diez Sánchez

Melilla y la tierra prohibida
A pesar de una vecindad de cuatro siglos, el territorio inmediato a la ciudad era prácticamente desconocido para los melillenses, pues los cristianos tenían vedada su visita y tan sólo los hebreos, desde mediados del siglo XIX, podían acceder a él cumpliendo algunas condiciones.

Hace cien años Melilla vivió una de las etapas más importantes de su dilatada historia. En las proximidades de la ciudad se desarrollaron una serie de incidentes que originaron la llegada de numerosa tropa. Melilla pasó por unos momentos deterninantes
, en los que nuestra urbe conocería de su mayor y más rápido desarrollo poblacional y económico.

Los bereberes próximos a Melilla desde muy antiguo se mantenían ajenos a la autoridad del Sultán de Fez. Fue a comienzos del siglo XX cuando se sometieron al poder del R'oghi Bu Hamara, personaje que pretendía el trono de Marruecos. Para mantener este la rebeldía frente al Sultán y dominar a su gente contó con la ayuda de algunos aventureros franceses y belgas, quienes recorrieron y descubrieron la riqueza minera de la zona del monte Uixan. Pronto algunas sociedades negociaron la concesión de los yacimientos, siendo la Compañía Hispano Africana, de capital francés, junto con la Compañía Española Minas del Rif, las que obtuvieron los contratos de su explotación gracias a enormes desembolsos económicos a favor del Pretendiente al Sultanato Marroquí.


R'oghi Bu Hamara

En el año 1908 Bu Hamara comenzó a perder autoridad en la región, y España que por mandato internacional le correspondía velar por la seguridad en el Norte de Marruecos, ocupó La Restinga (Mar Chica) y Cabo de Agua.

A la huida del falso Pretendiente de la zona, las compañías mineras intentaron continuar con los trabajos de construcción de las vías para el ferrocarril que uniría el puerto de Melilla con las minas, pero estas labores eran obstaculizadas por los indígenas por orden de algunos Jefes de Kábila que solicitaban compensaciones económicas abusivas y santones que predicaban la Guerra Santa contra los cristianos que pisaban su país. Ante ello, y a instancia de la Compañía Norte Africana que amenazaba con solicitar la ayuda militar francesa para poder proseguir sus tareas, el Gobierno Español se vio comprometido a intervenir militarmente para mantener la necesaria paz en el territorio comprendido entre Uixan y Melilla, pues las autoridad es del Sultán eran incapaces de sofocar los disturbios. Sin olvidar que la inestabilidad fronteriza existente perjudicaba enormemente al desenvolvimiento económico de Melilla.

Foto Campúa
La Ciudad de Melilla en 1909
A comienzos del año 1909, antes de que sucedieran los incidentes que dieron lugar a la llegada de grandes refuerzos militares, Melilla contaba con una población civil de 12.000 personas; en su mayoría dedicada al comercio, servicios, construcción del puerto y trabajos mineros.

Melilla dede Fuerte Camellos

La ciudad entonces comprendía: Melilla la Vieja, la Alcazaba, Mantelete, Barrio del Polígono, Barrio Hebreo, Barrio del Carmen, Ataque Seco, Barrio Obrero, parte del actual centro comercial y grupos de barracas en Triana e Hipódromo. Una Melilla con la mayoría de las calles sin iluminar, numerare incluso carentes de denominación.

Melilla padecía una grave crisis económica a consecuencia de los Zocos Francos abiertos por los franceses en los límites de la zona bajo su influencia, y que atrajo al tráfico caravanero que desde los grandes oasis del Sur llegaba hasta entonces a nuestra ciudad. Repercutiendo además la falta de seguridad existente en el entorno y que impedía el libre tránsito de esos cuatro o cinco mil fronterizos que solían llegar diariamente a Melilla a realizar sus compras o bien a vender los productos de sus huertos y corrales.


Melilla, Puerta del Campo 1904 Foto R. Goméz
La puerta del campo
Era el principal acceso a la ciudad antigua y aún rodeada de murallas, torres y fuertes, donde se encontraba en su interior Melilla la Vieja, la Alcazaba y el Mantelete.

Esta puerta desde donde partían los diferentes caminos que se dirigían hacia los barrios y campo moro exterior, quedaba situada entre los actuales Palacio Municipal y Casino Militar, en la Plaza de España. Se cerraba todas las noches al sonar el cañonazo de las nueve de la noche y el toque de retreta. Resultaba frecuente que algunos vecinos de los barrios intramuros se quedasen sin poder pernoctar en sus hogares al demorar el regreso y encontrarse cerrada esta puerta.

Melilla, Puerta del Campo 1909

Conocida también como Puerta de Santa Bárbara, constaba de su correspondiente Cuerpo de Guardia atendido por soldados y en donde debían depositar los moros sus fusiles si deseaban pasar, entregándoseles a cambio un vale para recogerlo a la vuelta.
En sus inmediaciones, en el llano de Santiago, también estuvo ubicada hasta el año 1903 la aduana marroquí, que España mantenía por cuestión de arbitrios.
Puerto de Melilla
El puerto
Aunque la construcción del puerto de Melilla fue declarado de interés público en 1902. No fue sin embargo hasta el año 1904 cuando el Rey Alfonso XIII colocó la primera piedra del mismo. Pero en realidad las obras no alcanzaron el deseado ritmo hasta 1908, por lo que ante las necesidades de avituallamiento que requirió la ciudad a finales de julio de 1909, obligó a levantar con urgencia un muelle provisional de madera.

Puerta del Campo y Muelle Provisional

Melilla comunicaba con Málaga a través del buque "Ciudad de Mahón" dos veces a la semana, y con los Peñones e Islas Chafarinas y también con Málaga una vez a la semana por medio del buque correo "Sevilla".


El Mantelete

A los pies de Melilla la Vieja, junto al pequeño puerto albergaba dependencias militares, el cuartel de la Guardia Civil y las aún presentes edificaciones de Casa Salama y el restaurado Mercado Cubierto.

Mercado Cubierto

En el interior de su recinto amurallado se desarrollaba parte de la actividad comercial local, bien en el Mercado Cubierto, casetas adosadas al muro X o en el mercado descubierto, Zoco beréber que se establecía a espaldas del Cuarte de la Guardia Civil.

Mercado Descubierto (Zoco beréber)

Barrio del Polígono
También denominado a principios de siglo barrio exterior. Fue autorizada su construcción en 1889 en un ángulo muerto situado a más de los establecidos 300 metros de las murallas y para no estorbar los planes defensivos de Melilla la Vieja. Desde su nacimiento albergó a una población de mayoría hebrea a la que vino a sumarse los primeros comerciantes moros asentados en la ciudad y procedentes de Fez y Tetuán.

Hospital y Barrio Hebreo

Junto al barrio del "Polígono" se estableció un nuevo barrio, el denominado Hebreo, construido entre los años 1904 y 1905 por los judíos huidos de Taza y Debdú ante las continuas luchas entre los moros leales y rebeldes al Sultán.

Playa de los Cárabos
Aquí solían faenar algunos cárabos de los fronterizos, quienes vendían después la pesca en la ciudad. Igualmente varaban sus embarcaciones los moros que venían a comerciar, con un radio de acción que alcanzaba hasta los cárabos de Alhucemas.

Playa de los Cárabos

El Parque Hernández
Comenzado a construir en el año 1900, se inauguró en 1902, sirviendo de escenario para las primeras prácticas deportivas que se desarrollaron en la ciudad.

Parque Hernández

Plaza de toros de Triana
Pequeña y construida de madera fue levantada en 1902 junto a la margen derecha de la desembocadura del Río de Oro, aproximadamente donde hoy se sitúan los talleres Montera (Seat-Volkswagen). Desapareció en 1912.

Interior Plaza de Toror de Triana

Calle del General Chacel
Actualmente se denomina Avenida de Juan Carlos I Rey, fue acabada entre los años 1907 y 1909.

Carretere del "Buen Acuerdo" y Calle del General Chacel desde la Puerta del Campo

Muro X
Avenida del General Macías o Paseo del Muro X como se le denominaba popularmente, se comenzó a construir a finales del siglo XIX y se terminó en el año 1910, sobre terrenos ganados al mar. En él se celebraban por entonces las principales fiestas de la ciudad a extramuros.

Muro X o Paseo del Gral. Macias

Cementerio de Nuestra Señora del Carmen hoy Purísima Concepción
Ubicado en la Rambla del Agua, sustituyó a partir de 1892 al antiguo Camposanto de San Carlos situado en el interior del Cuarto Recinto amurallado de Melilla la Vieja.

Cementerio de Nuestra Señora del Carmen hoy Purísima Concepción

Panteón de Margallo
Situado en el Cementerio Municipal de la Purísima Concepción y aunque construido por suscripción nacional para acoger a los gloriosos caídos de la Campaña de 1893, también descansan en él los restos de algunos laureados que encontraron la muerte en los Sucesos de 1909, así como el general Pintos.

Panteón de Margallo

Barrio del Hipódromo
En 1909 se autorizó con carácter provisional la construcción de casas de madera entre las instalaciones de la Compañía Minera Norte Africana y el Campamento del Hipódromo. Este popular barrio albergaría al poco tiempo a numerosos vecinos procedentes en su mayoría de Argelia, aunque de origen español.


Barrio del Hipódromo