domingo, 19 de abril de 2009

ÁLBUM GRÁFICO DE MELILLA Y LA CAMPAÑA DE 1909 (03)

ÁLBUM GRÁFICO DE MELILLA Y LA CAMPAÑA DE 1909 (03)
Juan Diez Sánchez
Croquis de las operaciones del día 9

La campaña de 1909
Ante la grave agresión sufrida el día nueve de julio de 1909 por los obreros del ferrocarril, salió de Melilla un contingente de soldados que ocupó algunas posiciones hasta cerca del tómbolo conocido como Monte Atalayón, para castigar a los cabileños y ofrecer la seguridad necesaria a la realización del trazado del ferrocarril minero.
La penetración de las fuerzas españolas resultó una sorpresa para los rífenos, que confundían cautela con debilidad e incluso creían que España era ajena al asunto minero. Al igual que sorprendió al General Marina, Comandante General de Melilla, el hecho de que los cabileños, La Harka, dispusieran de abundantes armas y municiones, en contra de la información que con anterioridad se disponía en Melilla. Entonces se barajó la posibilidad de que estas armas y municiones fueran suministradas por Alemania, enemiga política de Francia y también interesada en los negocios mineros de Uixan. Estas sorpresas mutuas consiguieron que la acción de ocupación de posiciones, en las que se minimizó las posibilidades de un conflicto, se viera continuada por numerosas escaramuzas e incluso combates de tanto renombre como el que se desarrolló en el Barranco del Lobo.

foto aerea de las operaciones del día 9

Tregua y preparativos
Ante la manifiesta deficiencia en la preparación de los soldados españoles y el hecho de que La Harka se fue haciendo más numerosa con la llegada de campesinos de tierras lejanas, mientras que las cábilas fronterizas a Melilla permanecían neutrales e incluso se refugiaban en la ciudad. Se estableció una Tregua y la ciudad comenzó a recibir refuerzos de todo tipo.
Melilla se convirtió rápidamente y por algún tiempo en un gran campamento militar, donde se instruía a los más de cuarenta mil soldados recién llegados y se almacenaba gran cantidad de material bélico. La ciudad se llenó de periodistas nacionales, corresponsales extranjeros, e incluso curiosos se utilizaron nuevos adelantos técnicos como la radiotelegrafía, automóviles o los globos cautivos.

foto aerea del campamento

Ocupación del Gurugú
Finalizado el período de organización que se desarrolló desde finales de julio, a partir de mediados de septiembre se emprendió la tarea de ocupar el territorio imprescindible para asegurar las explotaciones y comunicaciones mineras. Se iniciaron en primer lugar las operaciones de toma de posiciones y aislamiento de la Península de Tres Forcas, en donde tuvieron lugar los episodios de Taxdirt y del Cabo Noval. Para acometer seguidamente la tara más difícil: ocupar el Gurugú, macizo montañoso que se hizo famoso en toda España tras los sucesos del Barranco del Lobo, macizo que domina toda la zona y cuyos barrancos ofrecían refugio a los cabileños que se oponían a la presencia extranjera en su tierra. Después de varias operaciones que partieron de las posiciones militares próximas al Monte Atalayón y del campamento de la Restinga, Karia de Arkeman, Nador, Tahuima y Zeluan, se consiguió ocupar el Gurugú, tras lo cual se alcanzó la paz entre los contendientes en el mes de noviembre del mismo 1909.


Ocupación del Gurugú

Índice de las principales acciones de la campaña
(Constantino Domínguez Sánchez).
  • 9 julio Agresión a los obreros españoles en las proximidades del km. 6 del tendido de la vía de ferrocarril de las Minas y comienzo de la campaña.
  • 18 julio Ataque a las posiciones de Sidi Hamct el Hach.
  • 23 julio Combate en los Lavaderos y Sidi Musa.
  • 27 julio Combate en las estribaciones del Gurugú (Barranco del Lobo).
  • 20 septiembre Acción en Taurirt y Taxdirt con objeto de aislar la Península de Tres Forcas.
  • 22 septiembre Operaciones en Hidum y Zoco el Had de Beni Chicar.
  • 25 septiembre Ocupación de Nador y Tahuima.
  • 27 septiembre Ocupación de Zeluán.
  • 28 septiembre Agresión a Zoco el Had de Beni Chicar por los refeños. Ocupación de Bugensein.
  • 30 septiembre Reconocimiento sobre el Zoco Jemis de Bcni Bu Ifrur.
  • 06 noviembre Ocupación de Hidum.
  • 25 noviembre Ocupación de la Meseta de Atlaten.

Los soldados


Corneta de Infant. de Linea en traje de Campana de invierno. 1909

La exigua guarnición de Melilla, compuesta por algo más de cuatro mil hombres, resultó insuficiente ante el desarrollo de los graves sucesos del mes de julio de 1909. Por lo que el Gobierno de Madrid se vio en la necesidad de llamar a filas a los reservistas. Unos reservistas en muchos casos con familia que mantener, casados e incluso mayores de treinta años. Y que en alguna ocasión después de un largo y penoso viaje, tras desembarcar en el puerto de Melilla, tuvieron que acudir inmediatamente a la primera línea de combate. Un lamentable espectáculo que unido al hecho de la falta de preparación militar de estos reservistas, utilización por parte de los mandos de técnicas de combate desfasadas, desconocimiento del terreno y oposición de las masas populares de las grandes ciudades españolas; hizo que la moral de los soldados en Melilla estuviera por los suelos. Ante los negativos resultados obtenidos en los primeros combates y las numerosas críticas, el Gobierno español recondujo la política militar en Melilla estableciendo una tregua que sería aprovechada para instruir a los soldados en nuevas modalidades de combate, aumentar y mejorarla artillería, introducir adelantos técnicas como fue la importación de camellos de Argelia, así como efectuar cambios en los uniformes militares para conseguir un mejor camuflaje de su usuario: adoptándose el traje de faena de ralladillo y también el gorro tipo salacorf. Repartiéndose así mismo gafas en defensa de las polvaredas levantadas por los fuertes, como frecuentes vientos. Igualmente a la tropa se le subió la paga, prometió ascensos y concedió franquicia postal. Mientras que los reservistas que llegaron a Melilla pasaron destinados a prestar servicios mecánicos y de guarnición. En tanto que los nuevos reservistas se quedaban directamente en los cuarteles de la península. Unas acertadas disposiciones que unidas a las medidas higiénicas tomadas en los campamentos y a la no escasez de alimentos ni de agua, que en parte se traía de Torremolinos (Málaga), hizo que la opinión pública nacional cambiara e incluso se volcara en atenciones hacia los expedicionarios en Melilla o los soldados evacuados a la península. Consiguiéndose gracias a todas estas medidas la necesaria instrucción y moral en la tropa.

La Harka


Harka Rifeña

Así se denominaba al contingente de rífenos que se opuso a la continuación de los trabajos de las compañías mineras, y por consiguiente combatió a los soldados españoles. Harka es sinónimo de expedición guerrera, en esta ocasión contra los cristianos que se atrevían a invadir su país. Si bien las cábilas inmediatas a Melilla, en su mayoría, no engrosaron las filas de esta harka pues tras el conflicto de Margallo, en 1893, habían llegado a la conclusión de que el trato con el cristiano sólo les reportaban ventajas y beneficios de todo tipo y ningún inconveniente. Así pues, vemos ahora como en 1909 las cábilas que prácticamente se oponen al minero-capitalismo son aquellas que anteriormente no han tenido trato con los europeos y son arrastradas a la lucha contra el infiel siguiendo la bandera de la Guerra Santa erradicadora de extranjeros que pretenden quitarles la riqueza minera, el alma de sus tierras. Las cábilas que se opusieron a la presencia europea olvidaron sus rencillas internas, de momento, y aportaron todos sus hombres útiles. Rífenos que acudían a la lucha como si de un deporte se tratara y con miras en conseguir algún botín producto del saqueo como recompensa. Estos sólo atacaban cuando la situación les era favorable, y en caso contrario se limitaban a hostigar a las posiciones y convoyes mediante tiradores aislados, francotiradores o "pacos" como también se les denominaba.

Los globos cautivos


Globo Júpiter Foto Campúa

Creada a fines del siglo XIX la Unidad de Aerostación del Ejército Español tuvo su bautismo de fuego en Melilla, a donde llegó el 30 de julio de 1909, componiéndose de cinco oficiales, 115 elementos de tropa y dos globos cautivos, el Reina Regente y el Urano, el primero tipo cometa y el segundo esférico. Para el transporte del material e impedimento se contaba con el auxilio de 18 carruajes tirados por 61 mulos. La primera ascensión la efectuaría el globo cometa Urano el 3 de agosto en el Campamento del Hipódromo, y en el transcurso de las operaciones militares se volvería a elevar en parajes como la Restinga, Segunda Caseta y Seganga. Estos extraños artefactos sirvieron como privilegiados puntos de observación desde los que se tomaron buena nota, por medio de potentes anteojos y máquinas fotográficas, de los accidentes del terreno teatro de operaciones. Así como de los movimientos de las fuerzas de la Harka, lo cual comunicaban inmediatamente por medio del teléfono para corregir en su caso los disparos de la artillería o preparar los futuros avances militares.

La artillería


Bateria del capitan Trujillo en Horcas

Para combatir a los harkeños y alejarlos, y así disminuir el número de bajas entre los soldados españoles, el Gobierno de Madrid no escatimó medios y envió a Melilla gran número de piezas de artillería, que se emplearon con profusión. Los bombardeos eran seguidos con expectación por la población desde las alturas de la ciudad. Según el testimonio de los rífenos, que no disponían de artillería, sólo servían para "matar tierra" y apenas conseguían resultados satisfactorios por lo abrupto del terreno que facilitaba la ocultación de los cabileños.

El cañón Schneider-Canet

Cañón Schneider en el Hipódromo

Entre las nuevas piezas de artillería que llegaron a Melilla destacó el cañón Schneider-Canet por la cadencia de fuego y alcance de sus proyectiles, superiores a los de las otras piezas artilleras entonces en servicio. Este cañón que tuvo en Melilla el bautismo de fuego dentro del ejército español ofrecía además la ventaja y comodidad a sus servidores de poder permanecer sentados, así como protegidos por una plancha de acero mientras realizaban los disparos.

Las transmisiones


Transmisiones telegráficas

Desde el año 1891 Melilla estaba conectada por cable telegráfico submarino con la península a través de Almería, y a partir de 1908 se enlazó con la misma capital andaluza por telegrafía sin hilo desde la estación instalada en el fuerte de Victoria Grande, consiguiéndose mejorar las comunicaciones telegráficas desde este fuerte con Madrid a través del auxilio de una estación repetidora situada en el buque Numancia colocado en medio del Mar de Alborán. Igualmente se utilizaron emisoras portátiles de telegrafía sin hilo para comunicar al Gobierno Militar de la ciudad con las fuerzas españolas establecidas en vanguardia, permitiéndose de esta manera la dirección centralizada de las operaciones de la Campaña. No obstante la comunicación de órdenes y noticias entre las distintas posiciones, campamentos y Melilla se realizaba principalmente por medio de heliógrafos: aparatos provistos de espejos o reflectores eléctricos para hacer señales luminosas utilizando el código Morse. Así como banderas e incluso palomas mensajeras. Mientras que con los fuertes avanzados del campo melillense, antiguos puntos de vigilancia durante la campaña de 1893, se utilizaba el teléfono. La Harka por su parte solía recurrir a los tradicionales hombres-mensajeros a pie o a caballo, y a encender hogueras en lugares elevados a fin de alertar y concentrar a sus combatientes.

Transmisiones opticas

Los primeros automóviles
Procedentes de la Comisión de Experiencias de la Escuela Central de Tiro, Sección de Artillería, de Madrid. En período experimental y para facilitar el transporte de material y municiones, llegaba en los primeros días del mes de agosto de 1909 el camión número 7, primer vehículo automóvil que circuló por las calles de Melilla.

Camión número 7

A este camión seguirían otros vehículos tipo camiones, furgón, ambulancia e incluso turismo, como la matrícula MA-25, de marca Lion Peugeot y primer automóvil militarizado al ofrecerse su propietario, junto al vehículo, como soldado voluntario.

Automóvil MA-25 Lion Peugeot

El teatro de operaciones: las Fortificaciones
Los sucesos, escaramuzas y combates que se desarrollaron en esta Campaña militar de 1909 tuvieron lugar muy cerca de Melilla. En un principio, hasta septiembre, junto a las barrancadas del macizo montañoso del Gurugú, en las proximidades de las localidades marroquíes de Beni-Enzar y Mezquita (Barrio Chino), para más adelante extenderse las operaciones hasta Nador, Zeluán, casi todo el Gurugú y la Península de Tres Forcas por completo, un terreno muy quebrado y duro, donde resulta fácil toda emboscada.

"Melilla fuerte ciudad
con murallas y cañones.

Soldaditos valientes

de leales corazones.

Tiene además cinco fuertes

bonitos a cual más bello:

San Lorenzo, Cabrerizas,

Rostrogordo y Camellos.

Con la reforma de ahora

de la Segunda Caseta,

tendrá pronto Melilla
otra bonita fortaleza".

Testimonio oral recogido de D. José Luis López Domínguez

Las defensas de Melilla

A comienzos de 1909 Melilla confiaba la seguridad de su territorio a un conjunto de fuertes, torres y fortines de vigilancia construidos en su mayoría a finales del anterior siglo y que ya habían tenido su bautismo de fuego con motivo de la denominada Campaña de 1893. Obras defensivas avanzadas, junto a la frontera, como los fuertes de Cabrerizas Altas, Rostrogordo y Sidi Guariach o en segunda línea, integrada por las torres de San Lorenzo, Camellos, Cabrerizas Bajas, Fuerte de María Cristina y Horcas Coloradas. Y fortines de Alfonso XIII, Reina Regente, Santiago, San Francisco, Sidi Bajo, Triana, Hipódromo, Puente de Camellos, Puente General Marina y Entrepuentes. En el desarrollo de la Campaña todas estas fortificaciones tienen nuevamente protagonismo, reforzado por una línea de alambradas y trincheras trazadas desde el Fortín de Triana a Rostrogordo, siguiendo el curso del río de Oro, y pasando junto al cuartel de Santiago y Cabrerizas. Una línea de 7 kilómetros de efectos más psicológicos que prácticos y destinada a proteger los barrios extremos de Melilla. Igualmente cabe reseñar que el Ejército Español ocupaba, desde comienzos del año 1908, la Restinga de Mar Chica y Cabo de Agua.

La línea general marina

Así se denominó al finalizar la Campaña al conjunto del medio centenar de campamentos y posiciones que defendían y limitaban el territorio inmediato a Melilla recién ocupado y que abarcaba la Península de Tres Forcas, casi todo el macizo montañoso del Gurugú, la zona entre Nador y Zeluán, así como la Laguna de Mar Chica completa.

Campamento y posiciones


Campamento del Hipódromo

El único campamento militar existente en julio de 1909 era el del Hipódromo, situado dentro de los límites de Melilla. A éste se le fueron uniendo en el transcurso de la Campaña otros; bien situados en la ciudad o en parajes estratégicos reciéntenme te ocupados, como: 2 Caseta, Restinga, Nador y Zeluán. Los campamentos eran centros de reservas de hombres y aprovisionamientos. Y por lo tanto, imprescindibles para repeler cualquier ataque en las proximidades o para proseguir avanzando y ocupando nuevos territorios. Las posiciones eran los puntos defensivos de variado tamaño e irregular guarnición que jalonaban la línea de contacto con el adversario así como vigilaban los lugares estratégicos situados a retaguardia.

Fortificación de campaña: los blocaos



Las antiguas trincheras de altos parapetos, semejantes a los caballeros de Vauban, han sido sustituidas por las de escaso relieve y reducida profundidad, en atención a las condiciones de los nuevos proyectiles. Los frentes dilatados se reemplazan por obras escalonadas y dispersas, viniendo a constituir lo que podríamos llamar fortificación en orden abierto, análoga a la disposición de la infantería en el momento de batalla. Esto permite también plegarse al terreno, y aprovechar sus naturales accidentes. A veces, como ocurre en los alrededores de Melilla, el suelo no ofrece facilidades para la excavación, y los parapetos se forman con sacos de lienzo llenos de tierra (que reciben el nombre de sacos terreros). Se colocan en hiladas como las piedras, a soga y tizón para mejor enlace y procurando no queden huecos. Por 3 metros de parapeto hacen falta 70 sacos. En Melilla se disponen de número suficiente. Como núcleos de defensa, puntos de apoyo de los atrincheramientos se construyo en reductos, obras cerradas, guarnecidas por una o dos Compañías, que sirven para evitar las sorpresas. En los modernos se procura disminuir su anchura y aumentar su longitud en el sentido del frente. Las trincheras-abrigos que lo forman son también de poco relieve y las comunicaciones entre frente y gola se dividen para facilitarla rápida concentración de los defensores en el sitio más amenazado. En guerras como la presente, en que el enemigo no dispone de artillería, se utilizan como reductos interiores o atrincheramientos de seguridad, que defienden perfectamente las comunicaciones o constituyen obras avanzadas, los blocaos. Los Blocaos Por su etimología podemos decir que son fuertes de madera. Su nombre, ya españolizado, se deriva de la palabra alemana "Blok", que significa tronco de árbol sin labrar, destinados a la construcción. ..."A pesar de esto, se llaman así también los que se construyen con materiales metálicos o mampostería. La planta puede tener diversas formas, aplicables en cada caso; pero aunque la mejor es la circular, por no dejar sectores privados de fuego, la más empleada es la rectangular, sobre todo con materiales de madera o hierro. Con una anchura mínima de tres metros, para que pueda hacerse fuego por las caras opuestas, y una altura de 2,50 metros por lo menos, se les da la longitud proporcionada a su guarnición, que suele variar entre 30 y 100 hombres. Guando es posible, se excava en el terreno, parte de su altura, con lo cual se consigue disminuir su visibilidad. En los de madera, las paredes se forman con vigas colocadas vertical u horizontalmente. El último sistema es de construcción más rápida y sencilla. Se deja una aspillera horizontal a la altura conveniente para que puedan hacer fuego los defensores colocados de pie en una banqueta interior, en la que permanecen sentados o echados el resto del tiempo, para evitar que les hieran los proyectiles que penetren por la abertura. Se rodea por el exterior de un parapeto de tierra, que defienda de las balas enemigas sin necesidad de aumentar el espesor de la madera, y en su defensa se cubren las vigas con planchas de plomo. La puerta de entrada, de las menores dimensiones posibles, está también chapada y se coloca en el frente menos amenazado La cubierta, cuando el enemigo ocupa posiciones dominantes, se blinda como las paredes. Se construyen algunos de dos pisos, el superior saliente con matacanes para batir el pie de las paredes e impedir los intentos de incendio, aunque más práctico es rodear los blocaus de defensas accesorias y principalmente de alambradas, unas insustituibles marañas que detienen al enemigo más audaz y que resultados tan maravillosos ofrecen. Tales son los reducidos fortines que parecen destinados a ser escenario de los grandes heroísmos. Sin remontarnos a tiempos antiguos, en que ya se registraron hermosas defensas de blocaus en nuestras guerras de Cuba, la torre óptica de Colón (1871) y el fortín Ramblazo (1893) dieron ocasión a bizarros soldados españoles para ganar la gran laureada de San Femando ...".


Los Blocaos de la campaña
En el transcurso del año 1909 se procedió a levantar una serie de blocaos a fin de mantener una constante vigilancia sobre las cañadas del Gurugú, desde las que se atacaba impunemente la estratégica vía férrea que comunicaba Melilla con el Campamento de 2ª Caseta:

Blocao Nº 1

Construido frente al Barranco de Alfer y entre las vías férreas y Mar Chica. Más tarde se denominó "Velarde" en memoria del 2S Teniente D. Alfonso Velarde, que perdió la vida en su defensa.


Blocao Nº 2

Llamado también "De carriles", por utilizarse este material para el blindaje. Estuvo situado entre las vías férreas y junto a la salida del Barranco del Lobo, a 800 metros al Norte del blocao nº 1.

Blocao Nº 3

Situado entre Mar Chica y las vías férreas. Y a mitad de camino de la Posada del Cabo Moreno y la Caseta. Se aprovechó las ruinas de la casa del Cabo Moreno para su construcción.

Blocao 1ª Caseta

Las necesidades defensivas también obligaron a transformar la 1- Caseta del ferrocarril en blocao tras añadirle un piso blindado en la azotea y rodearla de alambradas.
Con motivo de la Campaña también se levantaría al Norte del Fortín y Campamento de la Restinga (Mar Chica) un pequeño blocao, de características diferentes a los anteriores y cuyos restos aún se conservan.

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