Este artículo fue publicado por Claudio
Barrio Fernández de Luco en la revista Aldaba nº 5 en el año 1985, pero cono
dice el propio autor “...nos
proporcionaría la profundidad de penetración de la estética modernista en nuestra
ciudad...”
Claudio Barios
El profesor Claudio Barrio es uno
de los educadores precursores en difundir la Arquitectura Melillense
a sus alumnos. Nació en Vitoria-Gazteiz en 1927. Reside en Melilla desde hace
más de treinta años. Licenciado en Historia por la Universidad Complutense
con la calificación de sobre saliente es Catedrático de Historia desde 1965.
Tiene concedida la Orden
de África en su grado más alto de Comendador en virtud de un decreto emitido
por el Rey Juan Carlos I el 26 de junio de 1976. Colaborador en varias revistas
y periódicos locales y de ámbito nacional, ha viajado por Marruecos y el Sahara
Español, donde fue director de los Institutos de Enseñanza Media de
Villa-Cisneros y El Aiún. Formó parte de la comisión de liquidación del Sahara
e hizo entrega de los centros de enseñanza al Gobierno marroquí representando a
España.
Por todo ello y como homenaje a
su autor aquí lo reproducimos:
El tema arquitectónico comienza a
adquirir en Melilla una valiosa actualidad.
La ciudad parece encontrarse ante
un dilema: o se decide por la conservación integral de su conjunto monumental con
los perjuicios que ello comporta o se desprende total o parcialmente de él en
arras a la inversión constructiva que parece anunciarse en Melilla.
Nuestra ciudad no se vio
favorecida del "boom" económico
de los años sesenta; fenómeno que transformó la geografía urbana de las
ciudades españolas con detrimento de su riqueza arquitectónica antigua. Sin
embargo haciendo bueno el refrán de
"no hay bien que por mal no venga" se ha encontrado un conjunto
urbanístico fruto de los años de prosperidad de la primera mitad del siglo,
desconchado no violado y que nuestra Delegación de Cultura ha contabilizado en
una cifra superior a los cien edificios. Muchos de ellos se encuentran en un
estado de deterioro e incluso ruina, pero es tal la belleza que emana de sus
desconchadas fachadas que nos están pidiendo a gritos su restauración. A ello
parece oponerse la reciente construcción inmobiliaria a la que no es ajeno el
efecto inducido por la inversión en el vecino puerto de Nador.
Plano de la propuesta de
protección anterior a 1986 (borrador que no llegó a aprobarse).
¿Nos será dado conciliar la
conservación de un patrimonio que ha dejado de pertenecemos pues constituye ya
un legado a la posteridad, con las exigencias vitales de una población que
demanda trabajo y viviendas más dignas de que en la actualidad posee?
Con la finalidad de armonizar
posturas encontradas, la Dirección Provincial de Cultura de nuestra ciudad
ha organizado con acierto, pienso yo, una semana sobre "el Modernismo".
Que duda cabe, que las
conferencias y mesas redondas que van a tener lugar nos deben hacer reflexionar
a todos en la responsabilidad de no destruir un tesoro arquitectónico del que
somos depositarios, responsabilidad que incumbe en especial a los que detentan
la política urbanística, pues las generaciones venideras les pueden acusar de haber
destruido un legado que no es suyo, con resoluciones inspiradas en el
oportunismo o la ignorancia. El pueblo de Melilla a su vez puede hacerse un poco
más culto aprendiendo a valorar las bellezas que sus ojos apreciaran con elevar
un poco la vista en su deambular cotidiano.
A nuestras autoridades
urbanísticas puede darles luz para valorar en su justa medida, todo el complejo
conjunto arquitectónico y en consecuencia decidir sobre lo que necesita de
demolición y lo que conviene conservar y restaurar.
¿Es "modernista" el estilo predominante en los edificios de
nuestros barrios y avenidas?
Aunque no parece caber duda en
que la mayor parte de las viviendas construidas a principios de siglo y muchos
años después, responden al calificativo de "modernistas",
la discusión sin duda interesa al grado en que caló en nuestra sociedad
melillense la estética y me atrevería a decir la filosofía modernista.
El título de "modernista" dado al estilo predominante en nuestros
edificios viene dado:
1º En el ambiente que vivió la Melilla de principios de siglo una vez libre del corsé
en que le tenían aprisionada sus antiguas murallas. Las nuevas gentes que
llegan de distintos puntos de la
Península y del interior de Marruecos (peninsulares, marroquíes,
hebreos, etc.) al calor de la industrialización minera, constituyen una nueva burguesía
que tienen un nuevo sentir y desean una arquitectura que no disocie la belleza
de la vida cotidiana y piden una fusión entre la vida y el arte; a este nuevo
sentirse le denomina: "modernismo”.
2º Melilla, saneado el antiguo cauce del río de Oro dispone de un
espacio lo suficientemente amplio, donde poder aplicar el primer plan de Ordenación
Urbana obra del capitán-ingeniero Redondo (aprobado el 10 de mayo de 1910) y
continuado por otro militar el capitán GÁNDARA (la Gándara).
Al igual que el proyecto del
barcelonés Ildefonso Cerda, está dotado de una diagonal y un trazado en damero
que facilita la circulación rodada. ¿Coincidencia o imitación del plan
melillense con el barcelonés?
3º La nueva burguesía que comienza a surgir en Melilla, se parece
cada vez más a la burguesía europea, y como ellas sintoniza con las nuevas
actitudes estético-filosóficas como son el arte por el arte, la reivindicación
de lo subjetivo y la melancolía y cree en la fantasía libre y creadora. Estas
actitudes conducen en la arquitectura a una ruptura del lenguaje y función de
esta y que conduce mentalmente al "Modernismo".
4º Quizás el catalizador de estas actitudes fue el arquitecto D.
Enrique Nieto, llegado de Barcelona y presumiblemente discípulo de GAUDI,
ciudad aquella en que triunfó la tendencia modernista con más intensidad que en
el resto de España y el arquitecto Gaudí, el que mejor interpretó la nueva
estética burguesa.
Como fruto de estas
circunstancias y condicionamiento no pudo menos de sufrir en Melilla el arte
modernista que adquiere en nuestra ciudad las dos variantes europeas; el modernismo
ondulante propio de naciones como Francia, Bélgica y la misma España, y el “modernismo geométrico” propio de Gran
Bretaña y Austria.
Por lo tanto podríamos distinguir
tres matices del modernismo melillense:
a) El modernismo “historicista”
que sintoniza con el europeo “revival”
propio del siglo XIX, se da en edificios como la Iglesia del Sagrado
Corazón (neobizantino) la
Iglesia Castrense y el Colegio de Religiosas (neogóticos), la Sinagoga (neomudéjar) etc.
Edificio de la Reconquista
b) El modernismo “ondulante” se
da en Melilla en múltiples edificios: en todos los casos imita los procesos y
las formas de la naturaleza, y así flores, lirios, rosas, tulipanes, hojas y
tallos, especies exóticas aún sin estudiar, bustos de bellas mujeres, se despliegan
en muros, balconadas, baquetones, chaflanes e incluso en interiores y zaguanes;
ejemplo de este tipo ondulante son el bello edificio de la Reconquista, la Casa Tortosa, etc.
c) El modernismo "geométrico" en el que predomina la
línea recta, el gusto por lo prigmático con planos claramente definidos, una
clara habilidad para multiplicar y combinar la escala de los módulos
geométricos, componer un estilo octogonal que se aprecie en el Ayuntamiento de
la ciudad entre otros.
No sería suficiente el estudio de
la arquitectura melillense. Será preciso estudiar la posible existencia de
objetos de uso, adornos, utensilios en los que el diseño moderno anuncie las
nuevas formas y las nuevas funciones. Ellas definen el valor de la obra artística,
capaz de satisfacer las necesidades materiales y emocionales de los usuarios.
Este estudio nos proporcionaría
la profundidad de penetración de la estética modernista en nuestra ciudad de
Melilla.
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