D. Antonio Maciá Serrano, publicó en ABC un artículo bajo el título “del cuplé al himno, pasando por la Legión ” recordando el origen. Como respuesta “a vuelta de correo”, público ABC una “carta al director” firmada por Mercedes Fernández González, de esta historia resumimos lo siguiente...
Tan sólo 5 días después del desembarcar de los legionarios del Tercio que desde Ceuta habían sido enviados por mar para socorrer la ciudad, Lola Montes (Mercedes Fernández González) cantara el himno legionario en el Teatro Kursaal de Melilla los días 30 y 31 de Julio de 1921 gracias a la intervención de la Duquesa de la Victoria (directora de los hospitales de la Cruz Roja en Marruecos).
Ella misma lo evocaba en su “carta al director”: ...“mi actuación fue un éxito indescriptible. Cuando aparecí en el escenario vestida de enfermera, el público, compuesto por relevantes figuras de la vida civil, jefes, oficiales y tropa, me dedicó una entusiasta ovación. Y, cuando termine la canción, el auditorio, en pié, estuvo aplaudiéndome un largo rato, lo que me produjo una dulce y tierna emoción”...
Como curiosidad el “Salón Kursaal” de Melilla desde el 15 de agosto de 1921 al 10 de noviembre de 1922 fue requisado por la Autoridad Militares Instalando en su inmueble un taller provisional de carga de proyectiles y cartuchos de artillería.
Se dice que la primera baja de la Legión del 7 de enero de 1921, en Beni Hassán, la del cabo Baltasar Queija de la Vega inspiró el cuplé.
La letra de “El novio de la muerte” como cuplé se debe al escritor musical y novelista (P. Duke) Fidel Prado, llevada al pentagrama por el catalán Juan Costa. Después de ensayarla en el estudio madrileño del compositor Modesto Romero (autor más tarde de la “Canción del Legionario”). La estrenó con gran éxito y acierto la cupletista Lola Montes en 1.921, en el Teatro Vital Aza de Málaga, desde donde saltó a Melilla actuando como fin de Fiestas de la Compañía de Comedias de Valeriano León cantaban el que será futuro himno legionario.
“En el Tercio se cantó inicialmente “La Madelón ”, pero por poco tiempo, porque no tardó en adoptar un canto que le era más propio y español, un cuplé, una canción de escenario; “El novio de la muerte”, adaptándose al ritmo de marcha militar por un lado, al paso lento legionario y por otro al ritmo procesional y fúnebre que acompaña al Cristo de la Buena Muerte , cantándose en todos los cuarteles y campamentos de La Legión , en el tradicional “Sábado Legionario” en el que se rinde culto y homenaje a sus muertos.
Publicado en Trápana nº Extraordinario
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