jueves, 1 de octubre de 2009

ENRIQUE NIETO Y NIETO: CENTENARIO DE UN ARQUITECTO

En la sala de exposiciones de UNED se inaugura el día 1 a las 19,30 h. la exposición "Enrique Nieto y Nieto: Centenario de un Arquitecto”.

Enrique Nieto: (1880-1954) finalizó sus estudios en la Escuela de Arquitectura de Barcelona en 1906, colaborando con Gaudí antes de su marcha a Mellilla. La ciudad había sufrido trascendentales reformas entre 1893, final de la “Guerra de Maragallo”, y principios del siglo XX, propiciando un gran auge económico que estaba estrechamente unido a la actividad de compañías mineras del Rif. Estos cambios dieron como resultado la ampliación del puerto, el trazado de la vía férrea que enlazaba la ciudad con las minas, la reforma de la Junta de Arbitrios (1902) y la creación de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación (1906). La pujanza económica junto con un aumento de la población, convirtió a la ciudad en el principal núcleo del Protectorado Español en Marruecos y la dotó de un increíble potencial. Esta fue la ciudad que recibió a Enrique Nieto a su llegada en mayo de 1909. Su implicación en el desarrollo urbano de la ciudad supuso el inicio de una gran etapa en la obra del arquitecto, que daría como resultado la incorporación de las primeras formas modernistas en Melilla. En un principio, sin embargo, la actividad de Nieto no supuso modificación alguna al proyecto de ensanche de la ciudad, muy ligado a las necesidades militares de la ciudad, comenzado en 1880 y que prácticamente estaba terminado a la llegada del arquitecto barcelonés.

Durante los primeros seis meses en Melilla, Nieto tuvo que anunciarse en periódicos como el Telegrama del Rif, ofreciendo sus servicios como arquitecto. Poco después, en diciembre de diciembre de 1910 firma su primer proyecto que sería conocido comercialmente como “Confitería El Gurugú”. A partir de ahí, su actividad se incrementa, realizando los proyectos de las sedes del Casino Español (1911), el Telegrama del Rif (1912) la Cámara de Comercio (1913). Un edificio fudamental de esta época es la Casa Tortosa, proyectada originalmente como economato militar del arquitecto Alejandro Rodríguez Borlado y que sería modificada por Enrique Nieto en 1914, siendo uno de sus mejores trabajos, y dando como resultado una obra cumbre del modernismo melillense. Otra obra a destacar resultaría del contrato firmado para la construcción de diversas casas entre David J. Melul y la Sociedad Española de Estudio y Construcciones, un poderoso grupo financiero. El resultado directo es la edificación de la llamada Casa Melul (1915-1917).

Desde su llega a Melilla, Nieto tuvo problemas de competencias con los arquitectos militares, por lo que se planteó varias veces abandonar la ciudad para obtener un puesto fijo en un organismo oficial. Durante la década de los años veinte concursó para distintas plazas de Arquitecto Municipal en la Península, pero no fue hasta septiembre de 1930 cuando consigue, aunque de forma interina, la plaza de Arquitecto Municipal de Melilla, haciendo que piense ahora en la ciudad como su residencia permanente. Un mes de después de este nombramiento, inicia el proyecto de una casa de la que además es propietario, la llamada Casa de Enrique Nieto, que enlaza estilísticamente con sus diseños anteriores y donde fijará su residencia definitiva. Entre sus proyectos particulares destaca la llamada Casa de Vicente Martínez (1931), mientras que como Arquitecto Municipal realizará labores de saneamiento y recreo de la ciudad, culminando con el proyecto de la Casa Municipal (1933).

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