jueves, 4 de agosto de 2016

Melilla en la “Arquitectura europea más allá de Europa”:



Melilla en la “Arquitectura europea más allá de Europa”: Investigación Compartir y conocimientos sobre los procesos de difusión, datos históricos y legado material (siglos XIX al XX).



COST (Cooperación Europea en Ciencia y Tecnología) es uno de los instrumentos europeos de más larga duración que apoyan la cooperación entre los estudiosos de toda Europa.

Esta acción de la arquitectura europea más allá de Europa, tiene como objetivo producir una comprensión más amplia de la difusión mundial de la arquitectura europea en todos los imperios durante el siglos XIX y XX, centrándose en sus vectores, las conexiones, la semántica y la materialidad en una gran variedad de contextos geográficos y lingüísticos que participan entornos occidentales y no occidentales. Se postula que el canal colonial bilateral (por ejemplo, la arquitectura francesa en Argelia o la arquitectura británica en la India), pero representa un aspecto de una multifacética historia más grande. Mediante la combinación de historia de la arquitectura con conocimientos estudios de áreas, la intención es mapear y analizar más los complejos patrones de difusión y relaciones de cruce de fronteras. Más allá de la arquitectura, el desafío consiste en contribuir a la redacción de una historia global de la cultura europea moderna, incluyendo expansiones en el extranjero y la dinámica transnacional en su ámbito. A tal fin, la presente Acción propone unir esfuerzos a nivel europeo en colaboración con investigadores no europeos. Un resultado importante será el desarrollo de los recursos digitales precisos sobre el tema, como un primer paso hacia la construcción de una infraestructura de investigación.

El proyecto permitió la creación de una comunidad internacional de estudiosos de más de 15 países europeos y países socios, como Australia, Argentina, Argelia e Israel. Dentro del equipo de investigadores Español participan los Doctores melillenses D. Antonio BravoNieto, Dª. Rosario Camacho Martínez, situando a Melilla en la investigación de la arquitectura europea.

La acción COST también dio lugar a ABE Journal, una línea editorial, de acceso abierto publicación que ha sido recientemente aceptado para su inclusión en revues.org. En la revista, apoyado por el Instituto Nacional de Ciencias Humanas y Sociales (INSHS) del CNRS y editada por el laboratorio InVisu (CNRS / INHA), podemos apreciar la diversidad de puntos de vista, métodos, y en particular las perspectivas interculturales y transnacionales de la acción de arquitectura europea más allá de Europa.

domingo, 3 de abril de 2016

In memory Claudio Barrio


Publicado en el Melilla Hoy por Antonio Bravo Nieto



 Ayer nos dejó definitivamente el historiador Claudio Antonio Barrio Fernández de Luco. Son momentos en los que se percibe realmente el vértigo del paso del tiempo y cuando el peligro del olvido y la desmemoria acechan más que nunca. Alguien con su personalidad y con una trayectoria vinculada a la cultura en general y a la historia de Melilla en particular, debe ser recordado, y por esta razón traigo aquí las palabras que le dirigí en un momento especial de su vida: su nombramiento como Protector del Patrimonio en Melilla, en el año 2007.


 Escribo en presente porque mi idea es que le recordemos como alguien vivo y que sus palabras y trabajo sigan resonando en los ámbitos en los que se movió. Claudio ha vivido en Melilla 40 años de su vida, por lo que ha sido un melillense de elección y corazón. Y lo seguirás siendo. Pero antes de llegar a Melilla ya poseías una trayectoria singular. Cualquiera que se acerca a conocerte, ya percibe que eres un vasco abierto a la universalidad. Tu enorme formación humanística (apabullante más bien), que es la característica que desde luego mejor te define, la adquiriste en tu época universitaria, y la histona llegó a infiltrarse en tus venas, y creo que ya nunca salió de ellas. Que optaras y obtuvieras una cátedra de instituto era el escape lógico de tu pasión, pero situarte en la antigua provincia del Sahara Español, como director de los institutos de Villa Cisneros y del Aaiún es consecuencia de tu insaciable curiosidad por todo. Esta estancia sahariana te permitió pasar a la acción. Ya no solamente te interesaba la histona, es que pasabas a ser un actor de ella y como tal tuviste la suerte de vivir en directo el final trágico (o bufo) de aquello que se ha denominado como descolonización. Conociste a altas personalidades del momento, tanto españolas como marroquíes, y te formaste una idea de aquella situación que has dejado inédita, aunque te la hemos oído en más de una ocasión.


Claudio Antonio Barrio Fernández de Luco (1927-2016)


 Al poco de tu llegada a Melilla, allá por el año 1976, ya lucias una alta condecoración, eras ni más ni menos Comendador de la Orden de África, lo que te confería una dignidad de ecos casi medievales, pero no eres tú persona de lucir condecoraciones ni medallas, así que supongo que la guardaste en un cajón. Cuando llegas a Melilla, empiezas a pulsar el ambiente cultural de esta ciudad. Ves cosas increíbles en tu nuevo destino que devoras con avidez. Lo que más le impresiona es el Modernismo, y no dejas de advertir a todo el que te quería oír sobre la necesidad de conservarlo y difundirlo. Realmente encuentras acomodo perfecto en la Asociación de Estudios Melillenses, entidad de la que has formado parte desde sus inicios y en la que siempre te has sentido identificado. Y allí continúa tu legado y tu recuerdo.


 No eres un historiador convencional, que son bastante aburridos por cierto, y en ti la pasión y el tesón son partes fundamentales de tu idea de la historia. Y sobre todo de la historia de Melilla Tu bagaje clásico, te ha hecho intuir capítulos de nuestro pasado sobre los que no tenemos fuentes documentales. Tus narraciones siguiendo a SaIustio, en las que queríamos ver las ruinas romanas de Taxuda siguiendo el rastro de los caracoles, tenían el poder de la seducción, al menos para mí. El origen griego de Melilla - la Melilla que Ves tan clara- y todas esas historias que vives (y lo digo así de rotundo, que vives), ya las has plasmado en tu libro Melilla Mítica (2004), obra por la que luchaste con tesón y en la que ilusionaste a otros amigos que te ayudaron y que finalmente vio la luz con una edición que asumiste tu mismo.


 Yo creo que tu pasión por la historia te lleva no solo a estudiar los hechos y las obras, te lleva también a verlas y poseerlas, pero no de forma celosa, porque tienes la virtud de intentar publicar aquello que estudias. Por esa razón has publicado incansablemente sobre las monedas que tanto amas, y has escrito un libro tan sugerente y tan oportuno como el de Joyas del Rif, trabajo tan heterodoxo come imprescindible en el conocimiento de esta cultura.


 Pero hay más, habría que recordar cómo, hace años y en parte gracias a tus gestiones, la ciudad pudo adquirir un patrimonio fundamental de monedas almohades. A alguien le tiene que tocar contar los hechos, así que has enriquecido el patrimonio de Melilla con tus aportaciones y con tu trabajo; me consta. Y por supuesto citar a las generaciones de alumnos que han podido vivir la historia gracias a ti en el Instituto Enrique Nieto (que lleva su nombre por tu iniciativa), porque hoy día, amigo Claudia, ese es un trabajo que sí que cuesta que se reconozca. En ti los melillenses pueden ver reflejados los caracteres de tus pensamientos y tus acciones. Se puede estar de acuerdo contigo o no, pero al final emerge aquello que es realmente importante: la pasión por las cosas y la honestidad.


 Tampoco quiero olvidar que eres una persona comprometida con esta sociedad melillense, nunca en puestos de responsabilidad, y no has ocultado cuáles son tus sensibilidades humanas, sociales, culturales y educativas. Y eso te honra, sobre todo por la libertad que siempre has tenido en proclamarlas. Creo que todos estarán de acuerdo en que formas parte del reducido núcleo de personas que ha sabido ganarse el respeto de esta colectividad. (Melilla 25 de enero de 2007). Te recordamos, 2 de abril de 2016.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Réplica del Delfín Romano de Terracota


Publica en Akros nº 5 por Jesús Miguel Sáez Cazorla.



Resumen
Desde octubre del año 2005 el Museo de Arqueología e Historia de Melilla incrementa su exposición con una nueva pieza: se trata de la reproducción de una cerámica hueca en forma de Delfín sobre un pedestal de modulaciones representando las olas, que conserva aún  intacta restos de pintura roja sobre las mismas. De época  Helenista, siglo III a.C.,  procedente probablemente de Campania (Italia), es un  recipiente contenedor de perfumes, con una bolita en su interior que tiene la finalidad de evitar que se solidifique. 

Foto Fig.1: Terracota en forma de delfín procedente del cerro de San Lorenzo. Foto: M.A.N.

En el reciente libro “Historia de Melilla”, Fernando López Pardo en el capítulo referente a Rus-addir nos comenta cómo “en una de las salas del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, que alberga la atractiva colección de vasos griegos, una vitrina aloja un conjunto de figuras de terracota con formas de animales. En ese pequeño grupo se encuentra representado con el número de inventario 202.679, un delfín sobre las olas que aún conserva algo de pintura roja (foto.1). Ningún letrero indica la procedencia, pero sin lugar a dudas es una pieza hallada en Melilla en las excavaciones que se llevaron a cabo a principios del siglo XX en el desaparecido Cerro de San Lorenzo, del que dará cuenta, Rafael Fernández de Castro, en su ya clásico libro “Melilla Prehispánica”, donde señala que fueron remitidos a Madrid”.

En efecto, en junio de 1905, aparecen restos de enterramientos en las obras de un edificio anexo al antiguo matadero municipal, consistente en esqueletos, ánforas y otras cerámicas, que serán  enviadas el 23 de Junio mediante un despacho de aduana por la Compañía de Transportes  Clemente y Cabo, con destino al Sr. Director del Museo y Biblioteca de Madrid (foto.2), mediante escrito que decía:

Foto 2: Telegrama de Clemente y Cabo al Sr. Director del Museo de Madrid.

“Muy Sr. Nuestro: tenemos el gusto de acompañar talón ferrocarril P.V. expedición nº 15.970 portes pagados de 2 cajas Rotuladas conteniendo barro obrado con peso de 44 Kl.os que para el Museo Arqueológico remite la Junta del Puerto de Melilla.”

Ingresando el 5 de julio en el Museo y Biblioteca de Madrid, en el libro de donaciones con el nº 98, expediente 46, con fecha 6 de julio. En el Museo de Arqueología Nacional existen las preceptivas copias realizadas con papel carbón de varias cartas; una de ellas (sin fecha)  la envía el entonces Ingeniero Director de la Junta del Puerto de Melilla, D. Manuel Becerra, con el siguiente contenido:

Foto 3: carta del Director Junta de Obras del Puerto de Melilla, Sr. Becerra.

“Muy Sr. mió: En las excavaciones verificadas en el Cerro de San Lorenzo de esta Plaza (territorio español) con motivo de las Obras del Puerto, se han encontrado unas ánforas y restos arqueológicos que me complazco en remitir á Vd.

Poco versado en antigüedades arqueológicas, no puedo precisar si pertenecen a los romanos ó á fechas anteriores, por lo que agradecería á Vd. me diese acuse de recibo y al propio tiempo me manifestase la época á que pertenecen.” (foto 3)

Otra carta, ésta remitida desde Santander al Sr. D. Juan Carolina García con fecha del 16 de julio del entonces Director de Museos y Bibliotecas de Madrid, D. Marcelino Meléndez Pelayo, en la que dice:

“Mi querido amigo y compañero: Envío  a Vd. ese par de cajas de materia arqueológica, que si bien remitidos á mi como director de la Biblioteca, como que pertenecen a la jurisdicción de Vd. como director del Museo…”

El Director del Museo Arqueológico Nacional, contestará a la junta del Puerto de Melilla el 27 de julio de 1905 con el siguiente escrito:

Foto 4: Carta del Director del Museo Arqueológico Nacional.

“…Acabo de recibir en este Museo y con destino al mismo dos cajas que contienen los siguientes objetos: 1 ánfora de barro, 1 capis, 1 guttus, 2 ungüentarios, uno de ellos rotos, 1 vaso en forma de delfín, 1 pátera, 1 patina rota, 1 collar de cuentas de barro, piedra y vidrio, 1 campanilla de cobre y varios fragmentos de anilla ó brazalete también de cobre. (foto 4)

Foto 5: Carta del Director del Museo Arqueológico Nacional.

Al expresar á Vd. mi agradecimiento por el interesante envío que demuestra su exquisita cultura y su mucho celo por el engrandecimiento de este centro de enseñanza, me permito rogarle me facilite cuantos datos y noticias tenga acerca del hallazgo de los mencionados objetos, pues no se me han facilitado, habiendo solo tenido la de que venían consignados a este Museo…” (foto 5).

El acuse de recibo de dichos objetos, enumera nueve piezas, casi todos ellos similares a los que hoy día se conservan en el Museo de la Ciudad de Melilla: ánforas, jarras, brazaletes de cobre, etc., menos la que se relaciona en cuarto lugar: “Un Vaso en forma de Delfín”.

En 1921,  la terracota en forma de Delfín aparece ya en el “Catalogue de Terres Cuites du Musée Archéologique de Madrid”, catálogo que para el Museo Arqueológico Nacional realizó Alfred Laumounier. Aparece en la sección de destinos diversos, con  el número de inventario 1016, recogiéndose la procedencia de Melilla y la donación de la Junta de Obras del Puerto.

Actualmente, el original  se encuentra depositado  en el Museo Arqueológico Nacional con el número de inventario 20.279 (foto 6). Las gestiones que se realizaron para la obtención de la réplica  fueron como consecuencia de las conversaciones mantenidas entre las  direcciones de las dos instituciones museísticas. Posteriormente, en Mayo de 2005, se firmó un convenio de colaboración entre la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla y la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, en el que, se solicitaba y autorizaba respectivamente, la reproducción de Bienes Adscritos a la colección estable del Museo Arqueológico Nacional, con el fin de ser expuestos en la exposición permanente del Museo de Arqueología e Historia de Melilla, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 24 del Real Decreto 620/1987 de 10 de Abril, por el que se aprueba el Reglamento de Museos de Titularidad Estatal y del Sistema Español de Museos. 

La réplica del Delfín,  ha sido realizada por el restaurador D. Francisco Gago en los talleres del Museo Arqueológico Nacional; para la reproducción de la misma, y siguiendo el informe del restaurador, se ha procedido  a dar a la pieza original un desmoldeante y aislante, para evitar dejar manchas en la superficie de la cerámica y que los materiales a emplear en el molde no se pegaran a la superficie. Seguidamente se procedió a construir una plataforma de plastilina para embutir la pieza hasta la mitad, con el fin de  efectuar la primera parte del molde, con silicona caucho, dando un grueso a esta parte de aproximadamente 7mm.; posteriormente se hizo un contramolde, rígido de resina de poliéster y fibra de vidrio. Concluida esta primera fase, se eliminó la plataforma de plastilina para dar la vuelta al conjunto (pieza, molde silicona y contramolde rígidos) dejando al descubierto, la mitad de la pieza y la otra oculta por la primera fase del molde.

Foto 6: Terracota en forma de galgo procedente del cerro de San Lorenzo. Foto: M.A.ML.

Continúa  el proceso depositando en esta nueva zona la silicona espesada como la anterior y adaptándola a todas las formas del objeto y polimerizada la silicona, se hizo la otra parte del contramolde.  Terminado este proceso, se procede a la eliminación de rebabas del contramolde y hacer unas perforaciones en los bordes del mismo para ajustarlo posteriormente con tornillos y tuercas.

Se prosigue con el desmolde  de la pieza y limpieza de la misma, tanto el molde como la pieza y montar posteriormente el conjunto para hacer la reproducción,  que se efectuará con resina de poliéster con carga de polvo cerámico de color igual al original, para dar el color del Delfín. La reproducción se hará hueca y con una bolita en su interior, para que tenga la autenticidad de la pieza del perfumador del siglo III a.C.,

 Siguiendo las pautas del original, el anverso aparece con un trabajo muy cuidadoso, siendo modeladas las aletas, la cola y el ojo; el reverso por el contrario aparece menos cuidado. Tiene un asa y debajo un pequeño recipiente cóncavo para recoger el líquido que entrará en el interior por cinco oquedades; tras su llenado y  con una ligera inclinación, el líquido se dirigirá a la cabeza del animal y fluirá después por la boca.

En su interior lleva un hueso de aceituna o cereza, para evitar la solidificación del perfume. Existía la creencia en la antigüedad, de que dicho hueso o “pipo”, lo debía comer la misma persona que iba a ser propietaria del envase de perfume, para que su influencia y energía estuvieran  siempre cerca.  El original, lleva también un vástago en el centro, de madera, probablemente a causa de una anterior restauración en la cola, y que posibilita que el hueso pueda moverse mejor. En la que réplica que aquí se presenta, se ha procedido a instalar igualmente dicho vástago.

Sus dimensiones son las mismas que el original: 8,5cm. de altura por 15,5 cm. de longitud y una anchura de 6,5 cm. Esta pieza engrosará la colección de vasos de perfumes del Museo de Melilla en el que se encuentra también el realizado en terracota hueca, en este caso original, procedente igualmente del Cerro de San Lorenzo, con forma de galgo sentado sobre sus patas delanteras cruzadas, de 8,4 cm. altura, 10,8 cm. de longitud y 8,1 cm. de anchura.