jueves, 11 de abril de 2013

Arquitectura en la Melilla moderna


Este artículo fue publicado por Claudio Barrio Fernández de Luco en la revista Aldaba nº 5 en el año 1985, pero cono dice el propio autor “...nos proporcionaría la profundidad de penetración de la estética modernista en nuestra ciudad...”

 Claudio Barios
El profesor Claudio Barrio es uno de los educadores precursores en difundir la Arquitectura Melillense a sus alumnos. Nació en Vitoria-Gazteiz en 1927. Reside en Melilla desde hace más de treinta años. Licenciado en Historia por la Universidad Complutense con la calificación de sobre saliente es Catedrático de Historia desde 1965. Tiene concedida la Orden de África en su grado más alto de Comendador en virtud de un decreto emitido por el Rey Juan Carlos I el 26 de junio de 1976. Colaborador en varias revistas y periódicos locales y de ámbito nacional, ha viajado por Marruecos y el Sahara Español, donde fue director de los Institutos de Enseñanza Media de Villa-Cisneros y El Aiún. Formó parte de la comisión de liquidación del Sahara e hizo entrega de los centros de enseñanza al Gobierno marroquí representando a España.



Por todo ello y como homenaje a su autor aquí lo reproducimos:



El tema arquitectónico comienza a adquirir en Melilla una valiosa actualidad.



La ciudad parece encontrarse ante un dilema: o se decide por la conservación integral de su conjunto monumental con los perjuicios que ello comporta o se desprende total o parcialmente de él en arras a la inversión constructiva que parece anunciarse en Melilla.



Nuestra ciudad no se vio favorecida del "boom" económico de los años sesenta; fenómeno que transformó la geografía urbana de las ciudades españolas con detrimento de su riqueza arquitectónica antigua. Sin embargo haciendo bueno el refrán de "no hay bien que por mal no venga" se ha encontrado un conjunto urbanístico fruto de los años de prosperidad de la primera mitad del siglo, desconchado no violado y que nuestra Delegación de Cultura ha contabilizado en una cifra superior a los cien edificios. Muchos de ellos se encuentran en un estado de deterioro e incluso ruina, pero es tal la belleza que emana de sus desconchadas fachadas que nos están pidiendo a gritos su restauración. A ello parece oponerse la reciente construcción inmobiliaria a la que no es ajeno el efecto inducido por la inversión en el vecino puerto de Nador.




Plano de la propuesta de protección anterior a 1986 (borrador que no llegó a aprobarse).


¿Nos será dado conciliar la conservación de un patrimonio que ha dejado de pertenecemos pues constituye ya un legado a la posteridad, con las exigencias vitales de una población que demanda trabajo y viviendas más dignas de que en la actualidad posee?



Con la finalidad de armonizar posturas encontradas, la Dirección Provincial de Cultura de nuestra ciudad ha organizado con acierto, pienso yo, una semana sobre "el Modernismo".



Que duda cabe, que las conferencias y mesas redondas que van a tener lugar nos deben hacer reflexionar a todos en la responsabilidad de no destruir un tesoro arquitectónico del que somos depositarios, responsabilidad que incumbe en especial a los que detentan la política urbanística, pues las generaciones venideras les pueden acusar de haber destruido un legado que no es suyo, con resoluciones inspiradas en el oportunismo o la ignorancia. El pueblo de Melilla a su vez puede hacerse un poco más culto aprendiendo a valorar las bellezas que sus ojos apreciaran con elevar un poco la vista en su deambular cotidiano.



A nuestras autoridades urbanísticas puede darles luz para valorar en su justa medida, todo el complejo conjunto arquitectónico y en consecuencia decidir sobre lo que necesita de demolición y lo que conviene conservar y restaurar.

Plano aprobado por Real Decreto 2753/1986 de 5 de diciembre.
 

¿Es "modernista" el estilo predominante en los edificios de nuestros barrios y avenidas?



Aunque no parece caber duda en que la mayor parte de las viviendas construidas a principios de siglo y muchos años después, responden al calificativo de "modernistas", la discusión sin duda interesa al grado en que caló en nuestra sociedad melillense la estética y me atrevería a decir la filosofía modernista.



El título de "modernista" dado al estilo predominante en nuestros edificios viene dado:



En el ambiente que vivió la Melilla de principios de siglo una vez libre del corsé en que le tenían aprisionada sus antiguas murallas. Las nuevas gentes que llegan de distintos puntos de la Península y del interior de Marruecos (peninsulares, marroquíes, hebreos, etc.) al calor de la industrialización minera, constituyen una nueva burguesía que tienen un nuevo sentir y desean una arquitectura que no disocie la belleza de la vida cotidiana y piden una fusión entre la vida y el arte; a este nuevo sentirse le denomina: "modernismo”.



Melilla, saneado el antiguo cauce del río de Oro dispone de un espacio lo suficientemente amplio, donde poder aplicar el primer plan de Ordenación Urbana obra del capitán-ingeniero Redondo (aprobado el 10 de mayo de 1910) y continuado por otro militar el capitán GÁNDARA (la Gándara).




Al igual que el proyecto del barcelonés Ildefonso Cerda, está dotado de una diagonal y un trazado en damero que facilita la circulación rodada. ¿Coincidencia o imitación del plan melillense con el barcelonés?



La nueva burguesía que comienza a surgir en Melilla, se parece cada vez más a la burguesía europea, y como ellas sintoniza con las nuevas actitudes estético-filosóficas como son el arte por el arte, la reivindicación de lo subjetivo y la melancolía y cree en la fantasía libre y creadora. Estas actitudes conducen en la arquitectura a una ruptura del lenguaje y función de esta y que conduce mentalmente al "Modernismo".



Quizás el catalizador de estas actitudes fue el arquitecto D. Enrique Nieto, llegado de Barcelona y presumiblemente discípulo de GAUDI, ciudad aquella en que triunfó la tendencia modernista con más intensidad que en el resto de España y el arquitecto Gaudí, el que mejor interpretó la nueva estética burguesa.



Como fruto de estas circunstancias y condicionamiento no pudo menos de sufrir en Melilla el arte modernista que adquiere en nuestra ciudad las dos variantes europeas; el modernismo ondulante propio de naciones como Francia, Bélgica y la misma España, y el “modernismo geométrico” propio de Gran Bretaña y Austria.



Por lo tanto podríamos distinguir tres matices del modernismo melillense:



a) El modernismo “historicista” que sintoniza con el europeo “revival” propio del siglo XIX, se da en edificios como la Iglesia del Sagrado Corazón (neobizantino) la Iglesia Castrense y el Colegio de Religiosas (neogóticos), la Sinagoga (neomudéjar) etc.



Edificio de la Reconquista
b) El modernismo “ondulante” se da en Melilla en múltiples edificios: en todos los casos imita los procesos y las formas de la naturaleza, y así flores, lirios, rosas, tulipanes, hojas y tallos, especies exóticas aún sin estudiar, bustos de bellas mujeres, se despliegan en muros, balconadas, baquetones, chaflanes e incluso en interiores y zaguanes; ejemplo de este tipo ondulante son el bello edificio de la Reconquista, la Casa Tortosa, etc.



c) El modernismo "geométrico" en el que predomina la línea recta, el gusto por lo prigmático con planos claramente definidos, una clara habilidad para multiplicar y combinar la escala de los módulos geométricos, componer un estilo octogonal que se aprecie en el Ayuntamiento de la ciudad entre otros.



No sería suficiente el estudio de la arquitectura melillense. Será preciso estudiar la posible existencia de objetos de uso, adornos, utensilios en los que el diseño moderno anuncie las nuevas formas y las nuevas funciones. Ellas definen el valor de la obra artística, capaz de satisfacer las necesidades materiales y emocionales de los usuarios.



Este estudio nos proporcionaría la profundidad de penetración de la estética modernista en nuestra ciudad de Melilla.