José Antonio López Guerrero en el
programa madrileño de MI+DTV:
TRES NOTICIAS EN TRES MINUTOS nos explica el origen africano del
neolítico peninsular, donde un reciente estudio ha puesto en evidencia una
nueva ruta, el Magreb, de entrada del neolítico en la península Ibérica que
explicaría los rasgos identitarios encontrados en el sur de España y Portugal.
jueves, 29 de marzo de 2012
domingo, 25 de marzo de 2012
Contramina de San José Bajo
Melilla1846
Si desgajáramos la
fortificación del terreno rocoso de Melilla, coincidiendo con el extremo
inferior de la máxima pendiente y la máxima inclinación, en el interior del Baluarte
de San José Bajo y situado en la antigua escarpa del emplazamiento fortificado
que da a la actual calle Francisco de Miranda, se abre una poterna de acceso al
corredor que surcan los muros del Segundo Recinto Fortificado de Melilla.
Melilla 1699
Esta excavación
subterránea en galería aparece cartografiada por primera vez en un documento del
año 1699. Cuando se realiza la cava o foso del Hornabeque se había practicado también
una contramina en el perímetro amurallado de la antigua Alafia y, en el extremo este donde coincidían los acantilados con
las arenas de la playa del Mantelete, se abría una puerta de acceso a las contramina
en el baluarte, acabando hoy en día en el túnel de San Fernando. Esta galería o
contramina es considerada la más antigua de la ciudad, excavada en la roca
aprovechando unos antiguos silos de grano prehispánicos en forma de taza
invertida denominado matimoras o agadir.
Este perímetro fortificado al que aludimos fue reformado con baluartes sufriendo
nuevas transformaciones en 1790 al ampliar su capacidad artillera y mostrarnos
el estado en que se encuentra actualmente.
La fisonomía actual
de la fortificación es iniciada a partir de 1714, cuando los ingenieros Pedro
Borrás y Juan Martín Zermeño aplican en los recintos las nuevas técnicas
abaluartadas procedentes de la escuela de fortificación hispano-flamenca. Pedro
Borrás transforma a partir de 1716 el antiguo Hornabeque en un frente
abaluartado perfecto, con los dos baluartes de San Pedro y San José Alto que
definen el Segundo Recinto. Todo el subsuelo de este recinto está excavado con
galerías de comunicación, minas y contraminas que forman ramales de varios
kilómetros de longitud y que tienen su arranque en la Mina Real que parte del
Primer Recinto. Su misión era mantener a la ciudad a salvo de las minas
enemigas que buscaban explotar cargas de pólvora (hornillos) debajo de las
murallas para asaltar la fortaleza.
Plano de la Contramina de San José Bajo
Inmediato a la base del muro del baluarte (noreste) existe
una puerta de salida o acceso practicada en el siglo XX y que da paso a este
sistema de mina. Partiendo del exterior encontramos a la derecha una puerta
metálica donde tras de si se encuentra los ramales. De aquí parte el ramal norte-sur
que moría en el antiguo foso hoy cegado, en el sur es continuación del anterior
y en su recorrido intermedio se encuentra una estructura tipo matimora de planta circular usada como
respiradero y hoy cegada. Según el plano topográfico que realizamos un grupo
denominado “Amigos de Melilla La Vieja”
y que sirvió para ilustrar el PERI, el
desarrollo se continuaría una veintena de metros hasta situarse en el corazón
mismo del Baluarte. Una vez allí el subterráneo se bifurcaría en dirección este-oeste.
El de sentido Este moriría en una vieja puerta hoy cegada, la de sentido oeste
encontraría primero otra vieja matimora
para después tornarse en galería pero esta vez ensanchada a lo largo de una
quincena de metros para después volver a estrecharse durante otros diez metros
y morir finalmente en el túnel de San Fernando, cortando esta galería se
encuentra un corredor de evacuación de aguas que se desarrolla en paralelo con
el túnel mismo.
Antes de llegar al túnel descubrimos unos conductos
verticales con escalas excavadas que
servían de salida al antiguo camino de ronda superior sobre la falsa Braga.
lunes, 19 de marzo de 2012
"Imago Hispaniae" Cartografía Melillense en el Patrimonio Cartográfico Español
Dentro del Patrimonio Cartográfico
Español aquí tenéis algunos ejemplos de la Cartografía Melillense
que podéis ver en Imago Hispaniae contenidas
en la colección de Mapas, Planos y Dibujos pueden ser consultados en el Archivo
General de Simancas dependiente del Ministerio de Cultura Español.
miércoles, 14 de marzo de 2012
Plan Especial de Rehabilitación de los Cuatro Recintos Fortificados de Melilla
EXCMO. AYUNTAMIENTO DE MELILLA
PLAN ESPECIAL DE REHABILITACION DE
LOS CUATRO RECINTOS FORTIFICADOS
Arquitecto redactor: Salvador Moreno Peralta
Equipo: Antonio Bravo
Nieto. Jesús Miguel Sáez Cazorla
Descarga
OBJETO DEL DOCUMENTO Y ANTECEDENTES
Se redacta el presente documento por
encargo del Excmo. Ayuntamiento de Melilla,
según acuerdo de la Comisión de Gobierno del 14 de Mayo de 1987.
Trata del Plan Especial de Rehabilitación de los Cuatro Recintos Fortificados,
asimilable, en alcance y contenido,
al Plan Especial de Protección
que sobre un Conjunto Histórico Artístico preceptúa el artículo 20 de la vigente Ley del Patrimonio
Histórico
La zona antigua de la ciudad de Melilla
fue declarada conjunto histórico por
Decreto del 11 de Agosto de 1953 (BOE de 7 de septiembre de
1953), ratificada, tras la promulgación
de la nueva Ley del Patrimonio, por
el Real Decreto 2753/1986, de 5
de Diciembre (BOE de 17 de
enero de 1987), el cual declara "Bien de Interés Cultural, con la
categoría de Conjunto
Histórico, una zona de la ciudad de
Melilla”. Esta
disposición viene complementada por dos anexos, en los cuales se establece, respectivamente, la
Delimitación del Conjunto Histórico una zona de entorno de protección.
Este documento fue aprobado
provisionalmente por el Pleno Municipal en sesión de 9 de octubre de1990, como
parte integrante del Proyecto de Plan Especial de Rehabilitación de los Cuatro
Recintos Fortificados, con las modificaciones recogidas en el Anexo denominado “Modificaciones al Plan Especial de
Rehabilitación de los Cuatro Recintos
Fortificados como consecuencia de las alegaciones emitidas en el periodo de
información pública”. Siendo aprobado de forma definitiva en sesión del
pleno de 2 de mayo de 1991.
lunes, 12 de marzo de 2012
100 años de la visita de la Princesa Británica Beatrice a Melilla y de la rehabilitación de Alfonso de Orleáns a su categoría de Infante de España
Bee
conoció a Alfonso de Orleáns, primo del Rey Alfonso XIII, en 1906 en la boda de
rey con su prima la
Princesa Victoria Eugenia de Battenberg (Ena). Beatriz y
Alfonso se casaron en una ceremonia católica y luterana en Coburgo el 15 de julio
de 1909, enlace que fue considerado inapropiado en España, aunque la pareja
había sido animada al noviazgo por los propios reyes de España, no se había notificado
de la boda al gobierno español que tenían que dar permiso para la realización
de una boda dentro de la familia real. Además el Infante, que era menor de
edad, no había avisado del enlace a sus padres, a lo que se sumaba que la novia
no era católica. Por ello el infante fue privado de su tratamiento y la pareja
tuvo que vivir en el exilio establecido en Coburgo.
Los infantes Alfonso de Orleans y Beatriz con el coronel Luís Sancho-Miñano Castro (Foto Rectoret marzo de 1912)
Beatriz cuando
llegó a Melilla para poder ver a su marido Alien llevaba un embarazo de seis
meses de gestación oculto por
una enorme chaqueta, además de un
equipaje con montones de cajas repletas de medicinas que había adquirido
con su propio dinero.
A
Alfonso destinado al Regimiento de San Fernando nº 11,
como 2º teniente de Infantería, le habían permitido replegarse a Melilla la noche del día 12 desde el
frente para recibir a Beatriz y compartir una breve estancia con su esposa, él
se acercó desde el puerto en la falúa del Excmo. Capitán General para subir al
barco y mantener un primer encuentro con su esposa, bajando con ella en cuanto
el navío quedó fondeado. En el muelle se encontraban para ofrecerles sus respetuosos
saludos entre otras personalidades el General Gómez Jordana acompañado de su
ayudante, el comandante de Marina de este puerto D. José Ariño y el coronel de
Infantería Sr. Sancho Miñano.
Los infantes Alfonso de Orleans y Beatriz con el coronel Luís Sancho-Miñano Castro (Foto Rectoret marzo de 1912)
Se
desplazaron en el automóvil que a su disposición puso el General Aldave para
llegar al Hotel Victoria de la ciudad en
el que pasarían los siguientes días. No fueron días ociosos, sino días de
constantes visitas a los diferentes hospitales porque Beatriz quería conocer
los establecimientos sanitarios. A las dos y media de la tarde se desplazaron
en el vehículo para llegar al hospital militar del Buen Acuerdo, visitaron la
sala de oficiales y hablando con algunos
de ellos, pasando luego a la de tropa donde saludaron a los soldados
exprisioneros Ricardo de Arribas y Roque
Garrido que se encontraban heridos. Al salir se les acerco otro soldado herido
y exprisionero, Aparicio Castellanos.
En el
automóvil se dirigieron luego al hospital Docker donde en la puerta les
esperaban las Damas de la
Cruz Roja y a su frente la Excma. Sra. de Arizón y el
personal facultativo. Los Infantes visitaron todas las dependencias,
deteniéndose especialmente en el gabinete de radiografía, en la sala de heridos graves y en la que se
encuentran en curación los “moros amigos”
que han resultado heridos en los últimos combates. Para todos tuvieron frases
de consuelo y cariño, en tanto que entregaba su cargamento de medicinas a las
Damas de la Cruz Roja.
Alfonso
intervenía honorablemente en Ishafen privado de su rango y títulos por su
matrimonio con una luterana. El 28 de febrero, Alien y Bee tuvieron que
despedirse de nuevo, ella regresó a Málaga para reunirse con su hijo el pequeño Álvaro (nacido
el 20 de abril de 1910 en Coburgo) y con nanny Coline, en quien la joven
madre confiaba plenamente. En tanto que Alfonso se reincorporó a la rutina de
su regimiento en Ishafen.
Campamento de Ishafen
El 12 de marzo de 1912 se produjo un gran evento, el Presidente del Consejo de Ministros José Canalejas tomó la decisión de "rehabilitar en su alta categoría a S.A.R. don Alfonso de Orléans y Borbón",eso significaba que Alfonso volvía a ser reconocido como un infante de España, también significaba que Bee de Coburgo pasaba a ser la infanta Beatriz.
Resulta fácil imaginar el profundo efecto que la noticia tuvo en Alfonso, se le comunicó cuando estaba en Ishafen. No sólo se le reintegraba en su dignidad real, sino que se le había ascendido a primer teniente; debía abandonar territorio marroquí para emprender viaje a Madrid, dónde le aguardaba el Regimiento Inmemorial del Rey nº 1. Por supuesto, aquello suscitó la lógica algarabía entre los oficiales al mando y los compañeros de armas del infante que volvía a ejercer de tal. En la noche del 17 de marzo, el coronel del Regimiento de San Fernando conmemoró la efeméride con un gran banquete, presidido por Alfonso, en el hotel Victoria. En la mañana del 18 de marzo, Alfonso se despidió de sus camaradas antes de tomar en el puerto un barco de vapor rumbo a la península, le acompañaba su primo Fernando de Baviera, el esposo de la infanta María Teresa.
Alfonso
y Fernando viajan de Melilla a
Madrid sin desviarse a Málaga para ver a Beatriz que seguía en la ciudad
andaluza con su niño. Evidentemente, lo primero era lo primero: presentarse al
rey Alfonso XIII, para marcar el inicio de la nueva etapa. El 22 de marzo, Alfonso
está en Madrid, Ena, Fernando, María Teresa y un invitado especial, el príncipe
Leopoldo de Battenberg. La reunión familiar incluye una magnífica cena, que
pone el broche de oro. Sólo después de haber cumplimentado adecuadamente a los
monarcas puede marchar a Málaga a buscar a Beatriz y a Álvaro, no va solo, Leopoldo
de Battenberg ha querido acompañarle.
jueves, 8 de marzo de 2012
La Moneda Judía de Melilla
Esta moneda de bronce, procedente de Judea, fue acuñada por el procurador romano Valerio Grato (15-26 d.C.) bajo el gobierno de Tiberio y donada por D. Claudio Barrio al Museo de Historia y Arqueología de Melilla.
En el anverso, en muy mal estado, aparece un racimo de uvas con dos hojas y zarcillos. Esta pieza, debido a su desgaste, carece de la leyenda Ioulia en el anverso que llevan otras monedas del mismo tipo. En el reverso, mejor conservado, un ánfora con manijas de volutas; en el campo, a izquierda y derecha las letras L Y D (año 4).
Ésta es la segunda moneda con estas características que ha encontrado D. Claudio Barrio. Según refiere, la primera apareció en un lote de monedas antiguas que adquirió en Cazalla de la Sierra (Sevilla) en 1985. Entre éstas, apareció una pieza extraña, desconocida: se trataba de una moneda emitida en Judea, durante la administración de Valerio Grato, primer procurador de la provincia bajo el gobierno de Tiberio.
Tras identificar su lugar de origen y fecha de emisión, y con la ayuda de su amigo D. León Levy se puso en contacto con el Museo de Jerusalén, institución a la que donó la moneda y en la que permanece expuesta actualmente.
La segunda moneda se encontró, también accidentalmente, en otro lote de monedas encontradas en 1995 en Falda de Camellos, aquí en Melilla. Otras monedas similares se rescataron en las excavaciones de Emporión.
Resulta sorprendente que aparecieran estas piezas en sitios tan alejados de su lugar de origen. Para D. Claudio Barrio, estas monedas llegaron a occidente acompañando a las comunidades judías de la Diáspora que abandonaron Palestina. A su juicio, estos grupos pudieron llevar consigo este tipo de monedas, de escaso valor, como recuerdo de su lugar de procedencia, por su valor sentimental y no por motivos comerciales ni con el fin de atesorar. Éstas se conservarían para seguir manteniendo un vínculo con su lugar de origen.
Los miembros de la Diáspora constituían la parcela más numerosa del Pueblo de Israel y la mayor parte de estas comunidades se encontraban bajo el dominio de Roma. El hallazgo de esta moneda en la ciudad supone para D. Claudio Barrio un signo inequívoco de que la presencia en Melilla de la comunidad judía puede retrotraerse hasta momentos tan tempranos como el siglo I d.C.
Este hallazgo, es por ahora el único vestigio que documenta la presencia en este periodo de esta comunidad en la ciudad. La cuestión del momento en el que comenzaron a surgir comunidades israelitas en la Península Ibérica y en el occidente mediterráneo se explica con hipótesis más que con evidencias. D. Claudio Barrio considera probable que los judíos llegaran a Melilla acompañando a los comerciantes fenicios. Estos comerciantes acudirían a esta región a comprar oro a Sala (cerca de la actual Sale) o atraídos por la ruta de oro y esclavos que, procedente del Sudán y a través del Muluya conectaba con los puertos mediterráneos. Habría que mencionar en este punto la idea, sustentada por algunos, de que cabe relacionar las «naves de Tarsis» bíblicas con la Tartessos[1] del mediodía hispánico y que en consecuencia abona esta posibilidad de que, ya en el siglo X a.C., hubiera israelitas que navegaran hacia el occidente mediterráneo a la sombra de los fenicios. Sin embargo, para muchos autores, el carácter exótico de los productos que se enumeran en I Reyes invalidaría la idea de que la Tarsis de Salomón pueda identificarse con Tartessos.
Si el origen de estas comunidades es oscuro, lo que sí es indiscutible es que existían ya en occidente grupos de judíos, hasta cierto punto florecientes, avanzado el Imperio romano. La primera expansión de la fe cristiana exige la existencia previa de comunidades israelitas. Si San Pablo u otros misioneros de los tiempos apostólicos predicaron en España, lo hicieron sin duda en núcleos sinagogales; el proselitismo entre gentiles fue posterior al de ámbitos judíos.
Se desarrollaron importantes comunidades judías en las principales ciudades mediterráneas, entre las que cabe destacar la de Alejandría. En ésta última, los judíos no podían ser considerados como ciudadanos (politai) ya que esto les hubiera obligado a participar en los cultos idolátricos, aunque su estatus, muy diferente al de los extranjeros domiciliados, podía ser equiparable a la ciudadanía (isopoliteia).
El judaísmo era considerado una “religio licita” y muchos de sus seguidores llegaron a conseguir la ciudadanía romana. Cada comunidad judía mediterránea disponía de un reglamento interno aceptado por las autoridades. Al frente de éstas se encontraba siempre un colegio de ancianos. Éstos designaban otros oficiales, conocidos como arcontes, que eran los encargados de cumplir los acuerdos que se tomaban en el mencionado consejo.
La comunidad, por medio del consejo de ancianos, administraba justicia en asuntos religiosos; imponía multas a los desobedientes y establecía contribuciones para atender a los gastos comunales.
Roma aplicaba a las comunidades judías normas jurídicas que procedían del estatus de las antiguas ciudades “foederatae”. Se les reconocía derechos singulares como su descanso sabático y libertad de reunión para la práctica de sus deberes religiosos, así como el respeto a sus particularidades alimenticias que les obligaban a disponer de mercado propio.
martes, 6 de marzo de 2012
Traducciones de Cuentos Árabes Populares
A través de ediciones en Madrid del Instituto de Estudios Africanos o en Tetuán de Editorial Marroquí y Editora Nacional, el cuento ocupo uno de los primeros lugares de la traducción al español en formato libro, presentándose a los lectores en forma de antologías de varios autores, selecciones de un mismo autor, o compilaciones de cuentos populares. Aparecen muy tempranamente en Jerez de la Frontera en 1934 una primera edición de 500 ejemplares, recogidos, ordenados y publicados por Tomás García Figueras y traducidos del árabe por el intérprete Antonio Ortiz Antiñolo, ilustrados con litografías de Teodoro N. Miliciano. Se continúa como una colección de cuentos populares en 1941, que es seguida de otras cuatro en los primeros años cincuenta.
GARCÍA FIGUERAS, Tomás (ed.). Cuentos de Yeha. Tetuán: 1950.
SÁNCHEZ PÉREZ, José Augusto. Cuentos árabes populares. Madrid: Instituto de Estudios Africanos, 1952.
LARREA PALACÍN, A. Romances de Tetuán (2 vols.). Madrid: CSIC Instituto de Estudios Africanos, 1952.
DOMENECH LAFUENTE, Ángel. Cuentos de Ifni. Tetuán: Editorial Marroquí, 1953.
IBN AZZUZ HAKIM, Muhammad. Cuentos populares marroquíes. Tomo I:
Cuentos de animales. Madrid: Instituto de Estudios Africanos, 1954.
IBN AZZUZ HAKIM, Muhammad. Refranero marroquí. Madrid: Instituto de Estudios Africanos, 1954.
MARTÍNEZ VALDERRAMA, Fernando. El cancionero de al-Haik. Tetuán: Editora Nacional, 1954.
IBN AZZUZ HAKIM, Muhammad. Pensamientos y máximas de Sidi Abdurrahman al-Maxdub. Madrid: Instituto de Estudios Africanos, 1955.
LARREA PALACÍN, A. Canciones juglaresca de Ifni. Madrid: Instituto de Estudios Africanos, 1956.
LARREA PALACÍN, A. Canciones populares de Ifni. Madrid: CSIC, 1957.
IBN AZZUZ HAKIM, Muhammad. Diccionario de supersticiones y mitos marroquíes. Madrid: Instituto de Estudios Africanos, 1958.
IBN AZZUZ HAKIM, Muhammad. Folclore infantil de Gumara el-Hai. Madrid: Instituto de Estudios Africanos, 1959.
Etiquetas:
África,
Cuentos Árabes Populares,
Ifni,
Libros,
Literarura,
Marruecos,
Melilla,
Norte de África,
Personajes,
Protectorado,
Siglo XX,
Traducciones
domingo, 4 de marzo de 2012
Joaquín Gatell y Folch (Caid Ismail)
Fue uno de los grandes exploradores del norte africano. Nacido en Tarragona en el año 1.826, murió en Cádiz el 13 de mayo de 1.879 cuando se disponía a emprender una exploración desde Melilla y seguir el curso del Muluya desde su desembocadura hasta su origen.
D. Joaquín Gatell y Folch (Caid Ismail), aprendió el árabe y en 1.859 hizo un viaje a Argelia, en 1.860 poco después de la guerra hispano-marroquí, pasó al interior de Marruecos fingiendo ser renegado, alistándose en el ejército del Sultán, sirviendo en Infantería y en Caballería; habiendo traduciendo al árabe un tratado de Balística, fue encargado por el Sultán de organizar en su Imperio un Cuerpo de Artillería a la europea. Estuvo con el Sultán hasta fines de 1.863. Motivado por la creación de la Asociación para la exploración de África por el Rey de Bélgica. El señor Ferry, titular del consulado de España en Tánger, propuso al Gobierno Español con fecha 14 de diciembre de 1.863, se encargara a Gatell del estudio del Sur marroquí, y en Febrero de 1.864, se le autorizó confiandole una misión secreta, visitar el Sahara y atestigua la independencia de las tribus saharauis, realizo esta misión siendo huésped del chej Habib uld Beirut quien le ayuda a seguir su periplo hacia el sur.
En 1.876 se fundó la Sociedad Geográfica de Madrid y enterada de los conocimientos de Gatell, le propusieron diera una conferencia en dicha Sociedad y en la Asociación Española para la exploración de África.
Bibliografía:
Gatell y Folch, Joaquín: El Koran (Traducción del Corán por Entregas). Impreso por Juan Antonio Gómez, Madrid. 1853.
Fiter e Ingla, Joseph: D. Joaquim Gatell y Folch (Lo Kaid Ismail) Biografía llegida en la sessió inaugural de l'Associació d'Excursions catalana lo 15 d'octubre de 1878. Imprenta de la Renaixensa, Barcelona. 1879.
Gavira, José: El viajero español por Marruecos, don Joaquín Gatell, (el 'Kaid Ismail'). Instituto de Estudios Africanos, Madrid. 1949.
Valderrama, Fernando Martínez: Joaquín Gatel Explorador de Marruecos. Editora Marroquí, Tetuán. 1952.
Xilografía. 10,0 x 12,0 cm. La Ilustración Española y Americana. 1879.
Etiquetas:
África,
Estudios Melillenses,
Exploradores,
Joaquín Gatell y Folch,
Libros,
Marruecos,
Melilla,
Norte de África,
Personajes,
Siglo XIX
sábado, 3 de marzo de 2012
“Diálogos AEM” Moratibismo en Guelaya
Televisión Melilla emitió el 1 de marzo de la mano de Francis Alemani el programa “Diálogos AEM”: Moratibismo en Guelaya (Melilla), donde se profundizará con Dª. Sonia Gámez Gómez en la Asociación de Estudios Melillenses.
In memory Jesús Felipe Salafranca Ortega
El pasado día 7 de febrero de 2012 fallecía en Málaga el diplomado en Magisterio, licenciado en Historia y posteriormente doctor en Historia Jesús Felipe Salafranca Ortega, una persona muy vinculada a Melilla, que aunque desde hace tiempo había regresado a su ciudad natal, Málaga, no se olvidó nunca de esta tierra.
En Melilla ocupó la presidencia de la Asociación de Estudios Melillenses (AEM) y fue profesor en varios centros educativos, entre ellos la Universidad de educación a distancia de Melilla (UNED), participó en la fundación de la Asociación Numismática de Melilla (ANUME), de la que también fue presidente, o ejerció de coordinador de la extensión educativa y de actividades culturales de la UNED, convirtiéndose en gran impulsor de éstas últimas.
Asimismo fue presidente de la Asociación Isla de Arriarán, correspondiente del Instituto de Estudios Ceutíes y organizador de los Congresos Internacionales de Hispanistas, los Coloquios de Estudios sobre África y Asia o el Encuentro Internacional España y el Magreb.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)