miércoles, 17 de noviembre de 2010

Las Infraestructuras Portuarias de Melilla en la Edad Media

Publicado en Akros: ISSN 1579-0959, Nº. 8, 2009, pags. 31-36

Por: Jesús Miguel Sáez Cazorla
Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses

Resumen: Al igual que otras ciudades españolas o norteafricanas, el origen del vocablo Melilla, Melela o Melila, debe buscarse en la “Edad Media”, expresión que fue empleada por primera vez en el Renacimiento para indicar el período comprendido entre el final del Imperio Romano y el periodo de los grandes descubrimientos geográficos, en que el mundo antiguo se fragmenta en tres círculos culturales: el Imperio Romano Oriental (Bizancio), el mundo árabe en el que se encuentra Melilla y los reinos germánicos europeos.

El espacio geográfico de la medina de Melilla se asienta sobre un peñón rocoso[1] inclinado de norte a sur, a modo de península, que se interna casi totalmente en el mar salvo por un pequeño saliente al oeste, integrado en el entorno norteafricano de Kelaia[2] o "lugar de castillos".

Palabras clave: Melilla, Edad Media, infraestructuras  portuarias, zoco, comercio.

Summary: Like other Spanish or North African cities, the origin of the word Melilla, Melela o Melila must be looked for in the “Middle Ages”. This expression was originally used in the Renaissance for indicating the period between the end of the Roman Empire and the period of the great geographical discoveries, in which the old world is fragmentized in three cultural circles: Eastern Roman Empire (Byzantium), the Arab world which Melilla belongs to, and the Germanic European Kingdoms.

The geographical space of the Melilla’s Medina is built over a rocky crag, sloping from north to south like a peninsula. It goes down into the sea almost totally, except for one small projection to the west, which is integrated in the North African environment of Kelaia or “place of castles”.

Key Word: Melilla, Middle Ages, port infrastructures, souk, trade.

Para definir Las infraestructuras  portuarias de Melilla nos basaremos en su descripción geográfica y en las descripciones de los cronistas árabes y cristianos.

Al-Bakri (siglo V/XI) en su “Descripción del África Sep­tentrional”, es quizá el autor árabe que más datos nos ofrece sobre la ciudad: "Entre los puertos más importantes está el puerto de Melilla, que es puerto estival; frente a él, en la costa de Al-Andalus, se encuentra el puerto de Salobreña" [3]...

…"Frente al puerto de Almuñécar, puerto de al-Andalus, se halla una bahía que dista de él dos días de navegación. Al Este de dicha bahía está situado el puerto de Melilla, ciudad cuyo río desemboca en el mar cerca de ella y que se halla a varias millas del cabo Harak" [4]....

El litoral norteafricano de Melilla se presenta como punto de inflexión en el mar de Alborán, separando la costa oriental acantilada del Cabo Tres Forcas o Kelaia, con fuertes acantilados al norte salpicados de pequeñas calas y playas aisladas, del litoral occidental bajo de finas arenas con la Laguna de Mar Chica o Sebja Bu Areg al sureste. Su territorio está situado en la región del Garet, con significado orográfico (Colinas o cerros de una altura menor a 300 metros), al igual que el Garet AchoueratGáret el-Abd perteneciente a Al Jufrah en Libia. perteneciente a Mauritania o el

Estos acantilados  del Cabo Tres Forcas tienen una cota máxima de unos trescientos metros que declinan a unos cincuenta metros (río de Oro) en su extremo sur, donde se encuentra a veintitrés kilómetros de distancia con el cráter de un colapsado volcán de ochocientos metros de altura conocido con el nombre de Gurugú; en sus elevaciones tenía situada el antiguo enclave de Taxuda, a poniente, a unos diez kilómetros el de Cazaza  o la “Alcudia” (la Montaña) y equidistante de ella, aproximadamente trece kilómetros a levante, Russadir o Melilla. Enclaves que juntos formarían el triángulo defensivo de Kelaia[5], que como tal sistema defensivo, incluye todo un modelo de asentamiento con dos puertos: Cazaza en occidente y Melilla en oriente. De manera que las motivaciones defensivas explican su nombre y el establecimiento de distintos núcleos de población en la región.

La dársena del puerto de Melilla donde en la antigüedad se pescaban ostras perlíferas[6], queda delimitada por el cerro de San Lorenzo y del Tesorillo al sureste, seguido del valle del río de Oro (Uad El-Meduar: río que serpentea) conducido por los acantilados de la meseta de Camellos al sur, al centro y al oeste el de Santiago y al norte por las laderas de la “Alcazaba” y los actuales recintos fortificados, conformando un rectángulo de unos cuatrocientos por cuatrocientos cincuenta metros, que ocupó la ensenada arenosa de la desembocadura del río de Oro, donde los pequeños navíos se contentaban con simples varaderos para poder calar en seco y reparar las embarcaciones. Aunque no tenemos noticias escritas y muy pocas arqueológicas[7] deducimos que la zona rocosa de la Alcazaba se convertiría en una perfecta instalación portuaria al alcanzar un lugar estratégico destacado en época medieval, y especialmente en los momentos centrales de la creación del Califato de Córdoba. En el año 750 Abd-al-Rhaman-Ibm-Mu’awiya consigue eludir la matanza de los abbasíes y con el apoyo de la clientela omeya se refugia en Ifriquiya, desde donde pasa a embarcar en un puerto de la región de Melilla con ruta a Al-Andalus, donde es proclamado Emir de los creyentes (755) independizándose espiritualmente de Bagdad[8]. La proclamación del califato tenía un doble propósito: reforzar el reino peninsular y consolidar las rutas comerciales del Mediterráneo, garantizar una relación económica con el imperio romano oriental  de Bizancio y asegurar el suministro de oro de África.

Este proceso de disgregación del califato de Bagdag concluyó a fines del siglo VIII, cuando surgieron en el Magreb los reinos independientes de los idrisíes con capitales en Fez (788-949), rustemíes de Tahert (771-931) y aglabíes  de Cairouan (801-909).

En el siglo X la consolidación de los Omeyas de Al-Andalus y la aparición de los fatimíes en Ifriqiya, quienes pretenderán dominar el Magreb, darán lugar a una serie de guerras cuyas consecuencias influirán en los destinos del norte de África, entrando en juego una inmensa actividad política para atraerse a los bereberes como aliados.
Mezenma, cercana a la actual Alhucemas, sirvió de puerto para el Reino de Nakur.En este período la capital del Rif era la ciudad de Nakur o Nekor (ho

y desaparecida), que se situaba en la desembocadura del río de igual nombre. Nakur fue fundada el 726 por el yemení Sahid ibn Mansur al Himyari quien proclamó su independencia antes que los idrisíes. La ciudad y su puerto sufrieron el saqueo de los piratas normandos en el año 860, en 917 de los fatimíes, la conquista el año 926-927 por los omeyas andalusíes y finalmente los almorávides la destruyeron en el año 1084[9].

En el siglo IX Ghana conocida como “la Tierra del Oro”, establece para su comercio rutas entre el oeste y los puertos del norte de África partiendo de Sidjilmasa, ciudad productora de sal y a su vez bifurcación que permitía llegar a Melilla, que prosperaba con el comercio de las rutas transaharianas al apagarse el Reino de Nakur[10]. Sus aliados omeyas de Córdoba se fijan en Melilla y en el año 927, Abd-al-Rhaman III la reedifica y construye una potente muralla de piedra rodeada en su mayor parte por agua[11], para convertirla en base y apoyo de su escuadra en el Mediterráneo. A mediados de ese siglo, los omeyas controlaban el norte de África desde Argelia hasta el Atlántico. El Califato Cordobés también consigue ampliar a Europa occidental su influencia, intercambiando embajadores con el Imperio Romano-Germánico hacia el año 950.

Con toda probabilidad, a través del puerto de Melilla florecería un fructífero comercio de intercambio procedente de los circuitos africanos, que traerán oro, marfil, esclavos, y cereales para el Reino Cordobés y recibiría esclavos, perfumes, pieles, sedas y telas.

El puerto de Melilla actuaba como ínter-zoco a media distancia entre la dos orillas del Mar de Alborán, desde el que partía el comercio a larga distancia de exportación e importación entre el sur  de África y el norte de Europa, practicado por mercaderes con razonamientos financieros que buscaban la proporción calculada entre gastos, ingresos  y beneficios.

Al-Bakri nos dice que "..."Melilla, ciudad rodeada de una muralla de pie­dra que encierra una importante fortaleza (qasaba), una mezquita aljama, varios baños y mercado…. …la habitan los Banu Wartadi, quienes, cuando un comerciante llega a ella, echan a suertes cuál de entre ellos va a encargarse de las operaciones que éste va a desarrollar. Este nada podrá hacer, sino bajo la supervisión e inspección de aquél, que le protegerá de cuantos quieran perjudicarle y le exigirá una recompensa, así como un regalo en concepto de hospedaje[12]...".

El tráfico de esclavos parece que quedó en manos hebreas, pues este tipo de comercio hacía que sus participantes vivieran en "un mundo aparte" a pesar de su alto poder económico y  gozar de gran prestigio. Los esclavistas o negreros obtenían sus productos del sur de África que intercambiaban con los de Centro-Europa y zona eslava; trasladados a Al-Andalus, y una vez castrados, eran reenviados a los mercados de esclavos de todo el  Mediterráneo.

El comercio a corta distancia o zoco que abastece a la ciudad era el lugar donde tenían salida los productos agrícolas, en el que el aldeano obtiene lo que no puede producir el campo. En el caso de Melilla este mecanismos de explotación del campo por la ciudad queda demostrado por la gran acumulación de silos de grano o agadir de cierre hermético, conocidos en esta región con el nombre de matimoras, que vaciadas en años de sequía servían de exportación para Al-Andalus.

Hacia el año 970 es descrita por Ibn Hawkal[13]: “Melilla era en otra época una ciudad ceñida por un muro fortificado y cuya prosperidad iba subiendo. El agua rodeaba la parte más grande de su muralla y procedía de unos pozos de donde surgía un manantial potente…

Sus jardines (huertas) bastaban a las necesidades de los habitantes, así como el gran volumen de los cultivos, granos y cereales…”

Estos almacenes excavados en la roca tienen forma de pera o más bien forma de taza invertida, de cincuenta centímetros de boca o abertura y unas dimensiones que oscilan entre los dos metros de profundidad por dos de diámetro en la base y los cuatro metros de profundidad por cuatro de diámetro en la base. Su distribución geográfica queda difundida en las colinas de “Ataque Seco”, “la Alcazaba” y los Recintos Fortificados del “Pueblo” o Melilla la Vieja, ocupando la inclinación sur desde la cota de veinte metros hacia abajo, en la que quedara delimitada la ciudad al norte y la zona portuaria o de embarque hasta  la desembocadura del río.

Las características de estos grandes silos comerciales y su gran cercanía a la costa nos sugieren su utilización como alhóndigas, o zona destinada al almacenamiento de mercancías, sin que en ella hubiera ni venta al público ni manipulación.

Los zocos de periodicidad semanal quedaban distribuidos por la región y eran suplidos durante el resto de la semana por mercados de abastecimiento diario al consumidor.

La actividad pesquera no está muy documentada, aunque tenemos constancia del alto consumo de pescado. La especie que parece gozar de las preferencias del consumo en todo el Rif es la sardina según nos describe León el Africano sus habitantes "…comen pan de cebada, acompañándose con abundancia de sardinas…".

Otro elemento que desde la antigüedad define el enclave de Melilla y su utilidad portuaria son los pozos o manantiales de agua potable,  factor imprescindibles para asegurar la inexpugnabilidad de la ciudad;  esta agua mana en la misma zona  en la que se encuentran los silos, definiendo aún más las instalaciones  portuarias como pueden ser las aguas.

Todas estas instalaciones se constituyen alrededor de un primer sistema defensivo, orientado evidentemente a frenar o impedir la entrada de las tropas fatimíes asentadas al este (Tlemencen). Durante los siglos XIII Y XIV, este sistema defensivo es perfeccionado y complementado.

En el caso del frente de mar de Melilla, sus instalaciones portuarias están precedidas por una torre ochavada (quizás con una coracha hacia el puerto) seguidas de un trazado en ángulos sucesivos, reemplazando a las torres y adaptándose al frente sur del peñasco rocoso. Este sistema conocido como cremallera o dientes de sierra,  al igual que la torre, nos  indica además su época de construcción, la Baja Edad Media, que son implantadas por los almohades (1130-1231) como el de la alcazaba exterior de Sevilla, atribuida a Abu Yusuf Yaqub, o la alcazaba de los Udaya de Rabat[14].

Los cimientos en los que se basó la hegemonía andaluza: una considerable capacidad económica, fundamentada en un importante comercio; una industria artesana desarrollada, y una técnica agrícola, que era mucho más eficiente que cualquier otra del resto de Europa, quedó reducida a mediados del siglo XIII al reino nazarí de Granada que no capituló hasta el 2 de enero de 1492.

En el sur de Europa, en la Península Ibérica sus reinos cristianos deciden determinar sus áreas de influencia marítima y expansión terrestre.  Portugal la finaliza en el año de 1249 y decide volcarse hacia el Atlántico; Castilla y Aragón que tenían concertada  su expansión terrestre en el  Tratado de Almizra (1244) resuelven dirigirse al Mediterráneo y   reconocer la futura influencia de ambos reinos sobre el norte de África. En 1291 Jaime II de Aragón y Sancho IV de Castilla firman el llamado Tratado del Muluya o de Monteagudo, siendo el río Muluya la divisoria de sus respectivas áreas. Con ello, lo que se hacía era adjudicar a Aragón la antigua Mauritania Cesariana y a Castilla la Tingitana (Ramón Menéndez Pidal, 1951).

Entramos en época moderna de la mano del reino de Aragón y el de Fez que firman en 1308 un tratado de Paz. Entre las contrapartidas está la cesión del puerto de Melilla a Aragón. Un “Santón” musulmán Badisi, que tenía por nombre Abu Ishar Ibraim Al Hat-Tal, hace de esta región la siguiente descripción hacia el año 1311: del Lado de Melilla y el Garet “es un país espantoso en el que abundan los animales salvajes y está aislado de las zonas pobladas, sin que falte por encontrarse en ello bandidos, así como cristianos que vienen del mar…”. Es probablemente la transición de catalanes por la ruta sahariana en busca del mismo comercio, que ya existía en el siglo X, la que le haga decir estas palabras al santo musulmán.

Melilla figura en un documento del Archivo de la Corona de Aragón como un proyecto de puerto “rehén” a construir en 1318, donde un  patrón catalán de nombre Otger Boter comerciaba en Melilla al tiempo que lo hacía en Cazaza. En 1359 hay un consulado de Aragón en Alcudia (Cazaza), con la que los mallorquines firman un tratado comercial (1372‑1412)[15].

De este siglo solo tenemos constancia arqueológica de la utilización de la zona marítima sur del primer recinto como cantera[16].

A comienzos del siglo XV, con la destrucción de los refugios marítimos mediterráneos del norte de África por la escuadra castellana de Enrique III y  el comienzo de las exploraciones marítimas de Juan I de Portugal y sus hijos,  se producirá la toma de la Ceuta nazarí en 1415; la destrucción de Tetuán (1437), la disminución del trafico comercial entre Gibraltar, Málaga y Tánger; la colonización de Azores y Madeira (1446); la ocupación de Tánger y Arcila (1471) y la llegada de los portugueses a Cabo Verde(1446), Sierra Leona (1461) y Fernando Poo (1471).

A mediados de este siglo, surge la dinastía wattasí (1465-1549) y Constantinopla cae en manos de los turcos tras 54 días de asedio, marcando el fin del imperio bizantino y la expansión mediterránea del imperio otomano. Los turcos victoriosos ensanchan el mundo musulmán dando fin a la Edad Media. 

En 1494 se firma el tratado de Tordesillas con el cual España y Portugal se reparten el mundo para futuras conquistas y descubrimientos. Encontramos en él la piedra angular de la futura expansión, pues aunque reconociendo que el reino de Fez pertenecía a la esfera de Portugal, se autorizaba que los Reyes Católicos pudieran conquistar las ciudades de Melilla y Cazaza desde donde podrían proseguir la expansión sobre el norte de África. Estas ciudades quedaban en Tordesillas plenamente dentro de la órbita española, “Los dichos señores rrey e rreyna de Castilla e Aragón, eçetera, pueden aver e ganar las villas de Melilla e Caçaça... e las pueden tener e tengan para si para sus rreynos... con sus tierras e terminos sean e finquen perpetuamente”.

Con el paso de la Edad Media a la Moderna, se producirá la deforestación de los montes del valle del río de Oro[17] y una mayor aportación de tierras a la dársena de Melilla desplazando sus infraestructuras portuarias hacia levante, desde los acantilados del mediodía en la “Alcazaba”, donde se encontraban los silos a los del peñón rocoso en la zona actual  de la “Puerta de la Marina”. Esta imagen nos la ofrece  Barrantes Maldonado en su "Ilustraciones de la casa de Niebla”, en que podemos ver las montañas peladas, la rada ocupada por las tropas castellanas a caballo, los artesanos acondicionando las murallas de la “Alafia”[18] y las embarcaciones en el mar.

La nueva fachada meridional marítima condicionará toda una serie de instalaciones, creciendo entre 1500 a 1515 alrededor de sus zonas de atraque, que conformarán la “Villa Nueva” situada en el promontorio rocoso. La cerca amurallada de la Villa Nueva forma de figura geométrica irregular parecida a un rombo de cuatro lados conocidos como: Frente de Tierra al oeste y Frentes de Mar al norte (Trápana), este (del Socorro) y sur (la Marina). Intervienen ingenieros como Gabriel Tadino de Martinengo quien se centra en la nueva separación del frente de tierra entre la Villa Vieja y la Nueva (1527); Juan Vallejo, que consolida la zona de las puertas (1529); Miser Benedito de Rábena revisa los trabajos del Frente de Mar (1533), que ejecutaría el maestro mayor de obra Sancho de Escalante al igual que el “Aljibe Viejo” (1549). Este maestro de obra trabaja con dos nuevos ingenieros Francisco de Tejada (1541) y Miguel de Perea (1549) a quien le sigue Francisco de Medina (1551) o Juan de Zurita (1556), terminando con el maestro de obra Ormaechea y los nuevos aljibes (1571)[19].    

 Toda esta obra nos lo muestra el plano de Heredia, el más antiguo en el que se dibuja la ciudad, y refleja rodeada de mar la Melilla final del siglo XVI. En él están dos recintos murados la Villa Nueva hoy Primer Recinto con “el embarcadero” y la Alafia o Villa Vieja.


[1] BARRANTES MALDOMADO, P.: "Ilustraciones de la casa de Niebla". Edición en Memorial Histórico Español, IX, Madrid, 1857. En su pág. 410: "el sitio de la ciudad de Melilla es que haze la tierra una entrada en el mar, e cercala por tres partes hasta batir en los muros, é por la parte de tierra va una çerca de mar a mar, y dizen que es semejante al sitio de Gibraltar, salvo que no tiene aquellos montes en ella"...

[2] VÁZQUEZ, Nicolas: “Descripción de la Provincia de Alcalaya”, 1722, Servicio Histórico Militar, 4-5-7-4, fol. 13v.

[3]
AL- BAKRI: “Description de l´Afrique Septentrional et de l´Espagne”, par Abuo-Obeid-el-Bekri, ed. y trad. par Mac Guckin de Slane. Paris, 1965. pág. 179.

[4] AL- BAKRI: op. cit. pág. 197.

[5]
SOTO JIMÉNEZ, Luís:“El triangulo defensivo de Tres Forcas” en Jabega 22, (págs. 61-65). Revista de la Diputación de Málaga. Málaga 1978.

[6]
LEON EL AFRICANO: “Descripción de África y de las cosas notables que en ella se encuentran” ed. y trad. por Luciano Rubio. Madrid, 1999. pág. 180.

[7]
SÁEZ CAZORLA, Jesús M. “Atlas arqueológico de Melilla”. TRÁPANA nº 2. (págs. 20-28). Asociación de Estudios Melillenses. Melilla, 1988.

[8] IBN JALDUN: “Discours sur l´Historie Universelle (al-Muaddima), Beyrouth, 1967, Tomo I.

[9] V. DE LAS CAGIGAS, Isidoro. Los banu Salih de Nakur-I. Tetuán, 1951 y MICHAUX BELLAIRE, Apuntes para la historia del Rif. tr. Cerdeira. Madrid, 1926. 

[10] Es la región que hoy llamamos Rif. MORÁN BADÓN, P. César. “Antiguas poblaciones del Rif” en Archivos del Instituto de Estudios Africanos. Madrid, 1949.

[11] Vide Kitab al-Istibsar, ed. Sa´ad Zagioul, Alejandria, 1958, p. 136.

[12]
AL- BAKRI: op. cit. pág. 178.


[13]
IBN HAWKAL:Configuración del mundo (Fragmentos alusivos al Magreb y España), traducción e índices por María José Romani Suay. Valencia, 1971.


[14]
SÁEZ CAZORLA, Jesús M. Espacio y funciones urbanas de la Melilla medieval”.  AKROS nº 1. (págs. 42-47). Museo de Arqueología e Historia de la Ciudad autónoma de Melilla. Melilla, 2002.


[15] BARRIO FERNÁNDEZ DE LUCO, Claudio y SARO GANDARILLAS, Francisco. “Aproximación Histórica a la Ciudad de Melilla”. TRÁPANA nº 6-7. (págs. 24-35). Asociación de Estudios Melillenses. Melilla, 1992-1993.

[16] VILLAVERDE VEGA, Noé. “Intervención arqueológica en Plaza del Veedor (Melilla)”. AKROS nº1. (págs. 22-27). Ciudad autónoma de Melilla. Melilla, 2002.

[17] CABO, José Manuel. “Aproximación a la Historia Natural de Melilla”. HISTORIA DE MELILLA” (pág. 46). Ciudad Autónoma de Melilla. Melilla, 2005.

[18] Alafia: fortificación medieval de la “Villa Vieja” que hoy ocupa el Segundo y Tercer Recinto Fortificado. Ver AKROS nº 1: Espacio y funciones urbanas de la Melilla medieval”.  

[19] SÁEZ CAZORLA, Jesús Miguel y BRAVO NIETO, Antonio. “Melilla la Vieja”. HISTORIA DE MELILLA” (págs. 23-33). Ciudad Autónoma de Melilla. Melilla, 2005.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Las Instalaciones Portuarias de Melilla en Época Moderna

Publicado en Akros: ISSN 1579-0959, Nº. 9, 2010, pags. 43-50

Por: Jesús Miguel Sáez Cazorla 

Presidente de la Asociación Estudios Melillenses

Como decíamos en el artículo de la revista Akros referente a la Edad Media[1] , la imagen que nos ofrece Barrantes Maldonado en su "Ilustraciones de la casa de Niebla” , en la que vemos las montañas de Kelaia peladas, la rada de Melilla ocupada por las tropas castellanas a caballo, los artesanos acondicionando las murallas de la “Alafia”[2] y las embarcaciones en el mar,  nos muestran el paso de la Edad Media a la Moderna, produciendo en el paisaje de Melilla la deforestación de los montes del valle del río de Oro[3] y una mayor aportación de tierras en la dársena de la ciudad desplazando sus instalaciones portuarias hacia levante, al peñón rocoso en la zona que hoy conocemos como “Puerta de la Marina”.
Esta nueva fachada meridional marítima de época moderna guardaba y protegía el embarcadero y condicionará toda una serie de instalaciones, que irán creciendo desde 1500 a 1515 alrededor de sus zonas de atraque, dando orden a la infraestructuras que conformarán la fachada sur de la “Villa Nueva” situada en el promontorio rocoso, con cerca de figura geométrica irregular, parecida a un rombo de cuatro lados conocidos como: Frente de Tierra al oeste y Frentes de Mar al norte (Trápana), este (del Socorro) y sur (la Marina), donde intervienen ingenieros como Gabriel Tadino de Martinengo quien se centra en la nueva separación del frente de tierra entre la villa Vieja y la Nueva (1527);  Juan Vallejo, quien consolida la zona de las puertas (1529);  Miser Benedito de Rábena  quien revisa los trabajos del Frente de Mar (1533), ejecutando la obra el maestro mayor de obra Sancho de Escalante[4] al igual que el “Aljibe Viejo” (1549). Este maestro de obra trabaja con dos nuevos ingenieros Francisco de Tejada (1541) y Miguel de Perea (1549) a quien le sigue Francisco de Medina (1551) o Juan de Zurita (1556), terminando con los maestros de obra Domingo de Ormaechea los nuevos aljibes (1571)[5] y con Gregorio de Araño  (1577). Es de destacar la tibieza o el desinterés mostrado por la Dinastía Uattasi del Sultanato de Fez con respecto a las obras y la reedificación de Melilla en este periodo, salvo esporádicos ataques.

Este frente construido en 1515 y reedificado en 1525, empezaba al oeste en el revellín de la puerta de Mar (actual torreón de la Cal) y continuaba con una muralla hasta el torreón de Muñiz[6] (actual torreón de San Juan), que disponía de troneras y en el que se pensaba trasformar en un baluarte “en punta de diamante” con lienzos y traveses (caras y flancos). Seguía con otro paño hasta la torre Camacha (torreón de Florentina) terminando con otros lienzos de muralla y el torreón de los Hombres del Campo (las Cabras), al que se preveía transformar en otro belguardo (baluarte pentagonal) de gran capacidad artillera (con seis cañoneras) y con bóvedas. 
Toda esta obra nos la muestra el plano de Heredia, en la planta general más antigua en la que se dibuja la ciudad rodeada de mar a final del siglo XVI. En él están dos recintos murados: la Alafia o Villa Vieja al oeste y la Villa Nueva hoy Primer Recinto al este, con “los nombres de los torreones que van puestos en su lugar” y sus dimensiones que son, de este a oeste, el “Torreón Mocho (de las Cabras) tiene catorce varas de ancho”, el “Torreón de Florentina por la línea tiene diez varas de ancho”, el “Torreón de San Juan está sobre el puerto y varadero (por la línea tiene) diez varas de ancho”, el “Torreón nuevo” (o de al Avanzadilla), la “salida al varadero” y “el varadero”. En el interior tras estos elementos están: los “Almacén de su majestad”, el “Hospital” y la “plaza y casa del alcalde”, conjuntamente con los primeros elementos de suministro indispensables:  los aljibes, el viejo situado cerca de la rada, y el nuevo, de mayor capacidad, situado hacia el interior.

Los aljibes flanquean las puertas de tierra y mar situadas en los túneles de Santa Ana de bóveda de sillería[7] de 14,5 m de longitud, 2,60 m de latitud y 3,50 m de altitud, en dirección este-oeste, que une la capilla de Santiago con la actual plaza de la Maestranza, hacia la que tiene ligera pendiente y el túnel de la Marina con dirección norte-sur, de bóveda de ladrillo de 14,50 m de longitud, 4 m de latitud y 3,40 m de altura, articulando la plaza de los Aljibes con el torreón de la Cal al que desciende.

El torreón nuevo o de la Cal es un revellín de planta semí elíptica situado a 9 m de cota, con su eje mayor a 7 m desde el exterior del pretil de la torre y a 75º del paño de la batería de San Felipe; con radio mayor de 13 m (que es la distancia desde el extremo más exterior del túnel de la Marina hasta el exterior del pretil) y 5 m de radio menor (que es la perpendicular del lado exterior de muro aspillerado de la puerta de la Marina). Su pretil es de un metro de espesor por un metro de altura y su paramento tiene una altura de 5 m, descansando sobre roca caliza en talud, toda muy disgregada, con una textura semejante al talco. Se une a la Puerta de la Marina, por un pasillo en rampa descendente oeste-este de 2 m de ancho, que lo cubre al sur un muro aspillerado de 10 m de longitud por 7,50 m de alto por un 1 m ancho. Tanto la puerta como el muro descansan sobre un talud en roca caliza de 4,50 m de altura, que presenta las mismas características que el del torreón de la Cal. Tanto el Frente de Mar como estos elementos debieron ser muy parecidos a los de la fortaleza de Salses

Los túneles quedan protegidos en su parte superior por un cuerpo de guardia que se plantea en un llano sobre los túneles y situado en mitad de una pampa, que va desde el actual torreón de San Juan a la “plaza y casa del alcalde” sobre el aljibe mayor o nuevo.

En el llano se sitúa también una escalera que accede al “torreón nuevo” o de la Avanzadilla, de planta semicircular situada en la actualidad a 20 m de cota, con 8 m de diámetro y 19,70 m de altura, antepecho de 1 m de altura y 1,50 m de espesor. Su altura está dividida en tres anillos de 1,50  m, 2  m y 6,50  m, más un talud final de 10 m de altura y 10 m de diámetro en su base, mostrando así el aspecto que tenía el Frente de la Marina.

La siguiente transformación la tenemos noventa y dos años después en el plano realizado por el hidalgo Marcos de Ayala[8], en el se ve una garita en la ensenada, pero no San Antonio de la Marina, que empezó a construirse en este mismo año de 1692 en forma triangular en la base del torreón de San Juan, quedando reflejado por primera vez en el plano de 1695[9] tras el sitio del año anterior, mostrando con la misma disposición y con letra: F, la enramadilla. G, cubo de la puerta que sale al embarcadero (con dos cañoneras). H, la puerta. Y, el embarcadero. J, San Antonio (con una cañonera). K, torreón San Juan (con dos cañoneras). L, torreón de la Florentina (con una cañonera). M, torreón de las Cabras (con dos cañoneras). 

Como curiosidad es la primera vez que se reflejan las aperturas para cañones en un plano de Melilla. 

El plano de 1699[10] muestra ligeras variaciones: M, torreón que cubre la puerta   de la mar (con dos cañoneras). Y, fuerte de San Antonio de la Marina (con dos cañoneras y una garita). N, varadero nuevo. Este nuevo fondeadero situado bajo el torreón florentina y el de las cabras plantea una explanación en la roca y sobre ella una garita. Delante de él al oeste, superando el torreón  que cubre la puerta   de la mar (M), continuando por la puerta de Santiago (L), terminando en el Baluarte de San José (P), podemos distinguir el acantilado rocoso de la fortaleza que termina en la playa del río de Oro y que a partir de este ultimo punto (P) mostrará sus posteriores trasformaciones costeras.

El frente renacentista de la Marina irá creciendo en elevación al ser reformado a la moderna en el siglo XVIII. Dividido en dos plataformas y una rampa que las une, las plataformas albergaban las baterías de San Juan y San Felipe, más alta, que guardaban y defendían la porción correspondiente al embarcadero, desde el revellín al fuerte de San Antonio de la Marina. Esta situación nos la enseña el plano de Melilla con sus contornos de 8 de octubre 1715 en el que por primera vez se muestran perfiles de la plaza, profundidad de los caladeros y la situación a cubierto de las embarcaciones.

El perfil del plano que se ve en la parte inferior de la planta es donde se pueden medir las alturas del terreno, siendo la línea de puntos la cota más menos cero del mar. 

La profundidad del calado se muestra por los números puestos en el mar, que son las brazas de aguas desde la superficie hasta el fondo. Es a partir de este plano y durante todo este siglo cuando se realizarán constantes mediciones de los fondeaderos reflejadas en la cartografía, incluso en la del siglo XIX.

Dentro del mar: la línea F.G.H. es la distancia de medio cuarto de legua donde los navíos pueden quedar cuando los vienen a esta plaza, no pudiendo arrimarse más sin peligro. La letra M.D. es donde las embarcaciones pequeñas vienen a descargar. La letra D.I. señala el varadero de las embarcaciones pequeñas que tienen esta plaza.”

En tiempo de Canal se cerraron a prueba de bomba los aljibes de la plaza, y en el de D. Diego de Flores, coronel del Tercio antiguo de los Morados, la batería de San Felipe.

Aparece en el plano tras el frente de la Marina con los números: 5, Torreón de San Felipe (por primera vez con este nombre). 6, Puerta del Mar. 7, Torreón de San Juan. 8, Torreón de Florentina. 9, Torreón de las Cabras. 14, Casa del Gobernador. 16, almacén de víveres. 18, monto de tierra o escarpamento (antigua cantera). 19, fuerte de San Antonio que fue rehaciendo en 1714 por Hugo de Velasco, en 1737 se reedificó con puente levadizo y dos piezas para la defensa del puerto.

Los almacenes y depósitos que se instalarán en el frente de la marina de Melilla serían edificios de la monarquía para asegurar la conservación y el suministro de pertrechos; el primero fue el de “San Juan el Viejo” [11] que sería construído por Pedro Borras, posteriormente reformado con contrafuertes exteriores y una bóveda intermedia que sustituye a un suelo de madera, su planta aparece por primera vez en un plano de 1722-29 delineado por José Soriano Ortiz Capitán de Infantería del regimiento de Portugal.

El Almacén Viejo de San Juan, o Segundo de Florentina se compone de dos bóvedas sin el espesor suficiente como para estar a prueba, de rosca de ladrillo y cubierta a dos aguas, repartidas simétricamente en dos pisos, con contra fuertes exteriores. Las dimensiones de estas bóvedas son: 27 m de longitud, 4,2 m de latitud y 4,2 m de altura.

En la cartografía de 1729 – 1730 aparece reflejado al oeste un pequeño saliente rocoso que delimitará la playa del río de Oro de los acantilados de la fortificación. Situado frente al baluarte de San José será denominado posteriormente “Espolón o Espigón de Santa Isabel” donde se formará la playa del “Mantelete”. 

La necesidad de poder contar con un buen puerto protegidos de las arenas y los ataques del río, que aseguraran el suministro a los nuevos almacenes, hace pensar que en el varadero excavado en el extremo sur en la prolongación de las murallas de la Marina y el Socorro, donde forma un ángulo comprendidos entre los torreones de Florentina (frente de la Marina) y Cabras (frente del Socorro), se pudiera realizar un muelle bajo el torreón de Florentina; este proyecto irrealizado, se recoge en la cartografía de 1742 del ingeniero militar José Gandía consistente en dos planos planta y perfil de 39 x 59 cm “del pequeño muelle que se propone construir en la punta de la Florentina de la plaza de Melilla para cubrir su surgidero”, con escala gráfica de 20 toesas.

Para evitar el aporte de arenas a la playa del Mantelete y el consiguiente perjuicio al varadero, es ampliado el espigón de Santa Isabel conforme muestra el plano de 1750, en el que se prolonga el espigón hacia el mar  mediante un sistema de cajón de madera de unas 5 varas de ancho por 15 de largo, en forma de barco hundido en dos tercios de su altura mediante relleno de piedra, que se internó en el mar a unas 25 varas del espigón. El espigón fue alargado mediante estaca de madera clavada sobre diez barriles, también de maderas, sumergidos y protegidos por escollera de unas 3 varas de ancho por 25 de longitud, precedido al interior por un camino cubierto de 17 varas. Esta obra concluirá cerrando el Mantelete mediante decreto del día 8 de abril de 1755 en el que se ordenó la construcción de un muro de 354 varas de largo, seis de alto y 1 de espesor, que uniera el fuerte de San Miguel al Espigón de Santa Isabel. Este espigón es denominado como “Espigón Nuevo” en 1766.

Esta nueva zona conocida como Mantelete es la que provocará todas las remodelaciones del espigón, el embarcadero, el muelle y las murallas del frente de la Marina que no terminarán hasta bien entrados el siglo XIX.

Aproximadamente hacia 1770 es cuando se ve la necesidad de modificar y ampliar el varadero de la puerta de la Marina; este hecho aparece en la explicación de un plano de esta época:[12] marcado con la letra “L” está el varadero y desde L a M el “paseo amurallado que se ha de levantar por el peñón  siendo aprobada el año anterior” con la “N, batería de San Antonio sacada de cimientos.” Con el nº “13, cuerpo de guardia de San Luís ídem“ (en construcción). Curiosamente en el plano bajo el foso de la puerta de la Marina aparece un nuevo espigón que ampliará la superficie del varadero.

Siendo gobernador (año  de 1737) D. Antonio Villalba y Angulo el ingeniero y capitán D. Juan Martín Cermeño, comenzaron a construirse los almacenes de provisiones, que se terminaron en 1781.
Almacén de las Peñuelas, o Primero del Principal
Se compone de siete bóvedas a prueba, de rosca de ladrillo y cubierta a dos aguas, repartidas en dos pisos, tres inferiores y cuatro superiores, cuyas dimensiones son 38,5 m de longitud, 5 m de latitud y 4,2 m de altura. En el suelo de la bóveda inferior más cercana a la muralla (33-34), que además se utilizó como túnel, existen dos pozos.

En 1778 se reedificaron los almacenes de San Juan y Florentina.
 Almacén de San Juan, o Segundo del Principal
Se compone de cuatro bóvedas a prueba, de rosca de ladrillo y cubierta a dos aguas, repartidas simétricamente en dos pisos, cuyas dimensiones son dos de 22 m de longitud, 5 m de latitud y 4,2 m de altura y  dos de 12 m de longitud, 5 m de latitud y 4,2 m de altura.  

Almacén de Florentina
 Compuesto por cuatro bóvedas a prueba, de rosca de ladrillo y cubierta a dos aguas, repartidas simétricamente en dos pisos, cuyas dimensiones son 29 m de longitud, 5 m de latitud y 4,2 m de altura. Una de sus caras ocupa parte de la cortina.
Otra gran reforma del puerto se planteó el 7 de octubre de 1783, que quedó reflejada en  el “Plano que manifiesta el Muelle que se esta ejecutando delante del Frente” de la Marina. La explicación del plano nos describe la obra que se realiza desde el Torreón de la Cal (A) al Torreón de San Juan (B) y todos sus elementos: D, Fuerte de San Antonio. E, Entrada de la Plaza con su  puente levadizo y foso. F, Varadero. G, Andén o piso del muelle. H, Garitón o cuerpo de guardia (que es la obra nueva pintada en amarillo, representada por los perfiles 1-2 y 3-4). Y, Entrada o boca para el desembarco. K, Espigón formado de dos pontones abrigados de zarpa que defiende toda la obra de los temporales. Las nuevas cañoneras que debe montar la nueva batería son muy útiles tanto para defender de los ataques del río como para flanquear el frente de la plaza desde el Espigón del Mantelete hasta el Torreón de la Cal que carece de defensa lateral.

Sobre los años 1791 – 1797 se ve la urgente necesidad de renovar y elevar la muralla comprendida entre la batería de San Felipe y la de San Juan motivados por los numerosos impactos de proyectiles que amenazaban la maestranza y a los aljibes de la Plaza. Esto implicará la reforma de los elementos de la zona portuaria y sus almacenes, situación que es recogida en un “Plano que manifiesta la distribución actual de la Maestranza de esta fortificación de Melilla pegada al muro principal, cuyo…….. intercepta y que se haya superior a la bóveda de paso a la Marina”, en su explicación nos dice: “A, Plaza del Principal. B, Bóveda de comunicación con la Marina. C, Baluarte de la Cal. D, Muelle. E, Muro del recinto cuyo mal estado amenaza provocar ruina al que esta apoyado la Maestranza. F, Maestranza. G, Muros que deben renovarse igualmente por ser superior a la bóveda de comunicación. Las líneas negras pintadas de amarillo indican el espacio vacío… la nueva reedificación que se propone.”

Curiosamente este plano recoge dibujado en el Muelle bajo el Torreón de la Cal y la garita de la Puerta de la Marina un elemento que no registran los planos de 1790 y sí los de 1792, el “Cuartel del Reten y Marineros”.

La cartografía continúa con la descripción del “Plano y Perfiles de los términos en que se propone la edificación de la Maestranza con el mismo coste que tendrá su construcción en la forma que está en el día.

a, bóvedas (que) se destinan a carpintería. b, ídem. Destinada a barrilería. c, ídem. Para la cerrajería. d, ídem.  para la herrería. e, cuarto del interventor. f, Pieza para el repaso de los materiales que diariamente entran y se…. q, almacén para el … h, calderería. k, común (letrinas). i, batería de paso a la Marina. j, escalera que comunica al terraplén superior que se comunica con el resto del recinto. m, ventanas dispuestas en forma de cañoneras para el caso de la artillería en tiempo de sitio ofreciendo la disposición de la batería.”

La Maestranza de Artillería (corresponde a la planta 2ª en altura del frente de la Marina) se compone de cinco bóvedas, cuyas dimensiones son 11 metros de longitud, 4,4 metros de ancho y 4,2  metros de altura, más un corredor de unos 3,5 metros de ancho y 22,2 metros de longitud; este corredor comunica con el almacén de las Peñuelas.  

Bajo esta disposición se encuentra el  Cuartel de Santa Ana (corresponde a la planta 1ª en altura);  se compone de una bóveda con arcos rebajados situada en el interior de la muralla y paralela a ésta, de 39 metros de longitud, 4,2 metros de ancho y 4,2 metros de alto, más tres bóvedas laterales de 6 metros de longitud por 4 metros de ancho, en las que se encuentra un antiguo aljibe que puede contener 42.400 arrobas de agua.

Los ataques enemigos de la orilla derecha del río ocasionaban tales destrozos por aquel punto, que obligaban a los barcos a ampararse detrás de Florentina y a construir hacia 1793 una batería llamada de la Cabeza de Muelle, a la que se le dio después el nombre de San Luís de la Marina, que se expone en el “Plano que demuestra la situación del lienzo de muralla que tiene que abrirse en la plaza de Melilla para su renovación, la de la Maestranza y bóveda de comunicación con la Marina”. Sus partes se encuentran enumerados con letras: A, Porción de muralla que debe demolerse. B, Torreón y galería de la Cal. C, Fuerte bajo de San Antonio. D, Batería de la Cabecera del Muelle. E, Torreón de San Juan. F, Estacada que se ha colocado en la actualidad, por cuyo medio resulta una excelente Plaza de Armas al pie de la brecha. G, Situación en donde se ha colocado el Falucho en la boca del Puerto.

De esta manera quedó dispuesta la Marina para que el 6 de mayo de 1794 comenzara el derribo de la muralla desde el torreón de San Juan al de la Cal, por encontrarse ruinoso, sacándole de cimientos al reconstruirlo: se trabajaba día y noche por el temor de que brecha tan considerable pudiese ser aprovechada por el enemigo, y, para evitarlo, se formó una empalizada en la Marina: los moros se opusieron con sus fuegos de fusil y cañón cuanto les fue posible a esta obras, que quedaron terminadas en 1796.

Definitivamente la puerta de la Marina queda trasformada en un cuerpo de guardia rectangular de dos pisos, de 7 m por 6 m, que protege las puertas de su planta inferior, a 5,30 m y 6 m de cota, siendo su puerta interior de dos hojas (desaparecidas) y en su fachada exterior, presenta una puerta de 2,20 m luz por 2,70 m de flecha, bajo arco rebajado y adintelado con escudo en su clave, alrededor de la puerta un rebaje de 0,20 m de profundidad por 3 m de alto por 2,50 de ancho, que alojaba el puente levadizo, al tirar de cadenas que penetraban a través de dos huecos rectangulares situados en el salmer a la altura del arranque del arco; todo este conjunto queda enmarcado por dos columnas rectangulares planas de 1 m de ancho por 3,50 M de alto, 4 m de altura una imposta de 0,60 m, divide la planta baja de la alta, que a 1,20 m de la imposta muestra 5 aspilleras de 1,10 m por 0,10 m y a 1 m de estas queda rematada por un pretil aspillerado de 1 m de altura. Su flanco muestra la misma disposición, en la planta alta en relación con su imposta y pretil aspillerado, salvo en las 7 aspilleras abocinadas, cuyas dimensiones son, 1,10 m por 0,30 m en el exterior y 0,40  por 0,10 en el interior.

El estado final de las obras nos lo muestra la copia de “Nicolás Garrido” del “Plano que se levanto en cumplimiento de la real orden que comunicó el Sr. Marques de Vallehermoso Capitán General de esta costa y puerto en 5 de 1797”. En  el que nos muestra “Plano Perfil y Elevación de una porción de la Plaza de Melilla que mira al sur en que se apoya la obra de la Maestranza aprobada por S. M. en 3 de julia de 1793 con el plano y perfil de los Almacenes de Víveres del Principal contiguos a ella en que se manifiesta el proyecto de terraplenar sus cabalices y formar en la plaza que resalta un Parque de Artillería y una Batería cuyos fuegos son más perpendiculares a los ataques del Río que los de la baja y más horizontales con la altura de Tarara” .

Continua con la “Explicación de la Obra que se haya debajo de la maestranza y sus contiguas.

Plano 1º
A, Porción del Muelle. B, Cuartel de marineros. C, Subida dela Plaza. D, Torreón llamado de la cal. E, Bóveda de comunicación de la Marina. F, idem. Que se construidas en los cimientos que se erigieron para la superior. G aljibe. H, recipiente de este en que se deposita. 

Plano 2º donde se ven todas las oficinas de la indicada Maestranza
Y, Barrilería.  J, Almacén. K, Cuerpo de Guardia del Oficial del Principal. L, Cuadras de Carpintería. M, Ídem. de Cerrajería. N, Ídem. de Herrería. O, Carbonería. P, Común.

Plano3º en que se manifiesta la subida a la Plaza del Gobernador y la Batería que ha resultado sobre la citada obra de Maestranza
Q, Principal. R, Rampa que conduce a la del Gobernador  y Batería Nueva. S, Batería de San Felipe bajo cuya horizontal se a unido la cortina que manifiesta letra siguiente. T, Batería de la Maestranza. V, Rampa de comunicación. X Aljibes

Notas
Al todo de esta obra le falta para su conclusión lo siguiente: Tarar y enlucir todas las Bóvedas por dentro y solar su pavimento, poner la Explanada a toda su Batería y hacer el Pretil que mira al Principal.

Plano del Proyecto de los Almacenes de Víveres del Principal
Explicación
1, calle de los Moros. 2, Ídem. Que conduce a la Carnicería. 3, las Peñuelas. 4, Plaza que resulta sobre los Almacenes. 5, rampa de comunicación de la explanada.
Melilla  12 de julio de 1793. Vicente Boada.

Ni que decir tiene que este proyecto no se realizó sobre los almacenes sino en la explanación de la “Carnicería”, cuya línea magistral queda visible el muro interior del callejón posterior del Almacén de Sanjuán Viejo. 

De esta manera quedaría la Marina hasta que un siglo más tarde en 1893 se derribaron el fuerte de San Luís de la Marina y la muralla que unía el torreón de la Cal con el fuerte.


[1] Ver AKROS nº 8: Las Infraestructuras Portuarias de Melilla en la Edad Media”.
[2] Alafia: fortificación medieval de la “Villa Vieja” que hoy ocupa el Segundo y Tercer Recinto Fortificado. Ver AKROS nº 1: Espacio y funciones urbanas de la Melilla medieval”.  
[3] CABO, José Manuel. “Aproximación a la Historia Natural de Melilla”. HISTORIA DE MELILLA” (pág. 46). Ciudad Autónoma de Melilla. Melilla, 2005.

[4] Contrato con Sancho de Escalante, 5 de diciembre de 1533. AGS. leg. 468. Sancho de Escalante era maestro de cantería de Granada, e iniciaba su trabajo en Melilla como asentista de las obras.

[5] SÁEZ CAZORLA, Jesús Miguel y BRAVO NIETO, Antonio. “Melilla la Vieja”. HISTORIA DE MELILLA” (págs. 23-33). Ciudad Autónoma de Melilla. Melilla, 2005.

[6] construido en 1515 con almenas es reedificado en 1525 al igual que el torreón de Florentina y el de las Cabras.

[7] Esta bóveda se reedifico en 1622 a causa de un terremoto.
[8] MARCOS DE AYALA. Melilla, 14 de febrero de 1692. AGS. MPD.-VIII-253. leg. 2899 G. y Marina.

[9] Melilla, remitida en carta del alcalde de esta plaza de 8 de marzo de 1696. AGS. Negociado de Guerra. Leg. 3039: copia en colección Aparici. SHM. nº 284.

[10] DIEZ DE ANES, Alfonso. Plaza de Melilla, remitida en carta del alcalde de esta plaza de 3 de febrero de 1699. AGS. Negociado de Guerra. Leg. 3125: copia en colección Aparici. SHM. nº 282.
[11] Perfil del nuevo Almacén de víveres de la plaza de Melilla, año de 1722, sin autor, 1722, 26 x 38,5 cm., escala gráfica de 20 toesas, SHM. nº 4.690/2, C-32-16/MEL-M1/16.
[12] Plano de la plaza de Melilla, sin fecha (hacia 1769-1770), sin autor, 42 x 52,2 cm., escala grafica de 90 Toesas, SHM nº 4713/15. D-1-19/Mel-G4/11.