viernes, 17 de julio de 2009

LA SUBLEVACIÓN DE JULIO DE 1936: PROCESO MILITAR AL GENERAL ROMERALES

PROCESO MILITAR AL GENERAL ROMERALES

de Joaquín Gil Honduvilla


En zona sublevada, desde finales de julio de 1936, la Justicia Militar se hizo extensiva a todo su territorio tras la aprobación por la Junta de Defensa en Burgos del Bando que declaraba el Estado de Guerra. Esa preeminencia de la justicia castrense sobre la civil, originó el protagonismo de los consejos de guerra, que también se utilizaron para juzgar a aquellos mandos del ejército que no secundaron la insurrección. Es el caso que se analiza en el presente artículo, referido al general Manuel Romerales Quintero, General Jefe de la Circunscripción Oriental en el Norte de África (Melilla). Con ese fin se estudian las normas procesales y penales utilizadas por los sublevados para formalizar este juicio, gracias a los fondos documentales del Tribunal Militar Territorial Segundo, con sede en Sevilla. Guerra civil, justicia militar, consejos de guerra.


http://www.historia-actual.com/hao/Volumes/Volume1/Issue4/eng/v1i4c9.pdf

Bando de la sublevación militar de las Fuerzas Armadas de África. Redactado en Tenerife e impreso en Melilla el 18 de julio de 1936

El Telegrama del Rif - Melilla, Sábado, 18 de julio de 1936

Don Francisco Franco Bahamonde, General de División y Jefe de las Fuerzas Armadas de África,

HAGO SABER:

Una vez más el Ejército, unido a las demás fuerzas de la Nación, se ha visto obligado a recoger el anhelo de la gran mayoría de españoles que veían con amargura infinita desaparecer lo que a todos puede unirnos en un ideal común: ESPAÑA.

Se trata de restablecer el imperio del ORDEN dentro de la REPÚBLICA, no solamente en sus apariencia o signos exteriores, si no también en su misma esencia; para ello precisa obrar con JUSTICIA que no repara en clases ni categorías sociales, a las que ni se halaga, ni se persigue, cesando de estar dividido el país en dos grupos, el de los que disfrutan del poder y el de los que eran atropellados en sus derechos, aún tratándose de leyes hechas por los mismos que las vulneraron: la conducta de cada uno guiará la conducta que con relación a él seguirá la AUTORIDAD, otro elemento desaparecido de nuestra nación y que es indispensable en toda colectividad humana, tanto si es en régimen democrático, como si es en régimen soviético, en donde llegara a su máximo rigor. El restablecimiento de este principio de AUTORIDAD, olvidado en los últimos años, exige inexcusablemente que los castigos sean ejemplares, por la seriedad con que se impondrán y la rapidez con que se llevarán a cabo sin titubeos ni vacilaciones.

Por lo que afecta al elemento obrero, queda garantizada la libertad de trabajo, no admitiéndose coacciones ni de una parte ni de otra. Las aspiraciones de patronos y obreros serán estudiadas y resueltas con la mayor justicia posible, en un plan de cooperación, confiando en que la sensatez de los últimos y la caridad de los primeros, hermanándose con la razón, la justicia y el patriotismo sabrán conducir las luchas sociales a un terreno de comprensión con beneficio para todos y para el país. El que voluntariamente se niegue a cooperar o dificulte la consecución de estos fines será el que primera y principalmente sufrirá las consecuencias.

Para llevar a cabo la labor anunciada rápidamente.

Para saber más: cronograma del 17 de julio de 1936

http://www.google.es/archivesearch?hl=es&client=firefox-a&channel=s&rls=org.mozilla:es-ES:official&q=%2217+de+julio+de+1936%22&um=1&ie=UTF-8&scoring=t&ei=B4ZfSoeEJuefjAf4v53aDQ&sa=X&oi=timeline_result&ct=title&resnum=11

17 de julio de 1936: una sublevación militar que produce la última Guerra Civil Española.


El 17 de julio de 1936 a las cuatro y veinte de la tarde daría comienzo de la Guerra Civil Española en el edificio de la Comisión de Límites de Melilla.

Diferentes mandos militares del Ejército de la Zona del Protectorado Español en Marruecos y de las Plazas de Soberanía de Ceuta y Melilla, toman por la fuerza los resortes del poder en el territorio y siguiendo los usos y costumbres de la época, dan lectura en todas las ciudades y pueblos, al Bando de declaración del Estado de Guerra, que firma el General Franco.

El diario de Melilla "El Telegrama del Rif", de 26 de julio, sólo 9 días después de la sublevación en aquella ciudad recoge el artículo de una información sobre la emisión que por Radio Melilla dio el Tte. Coronel Darío Gazapo, jefe del Negociado de Prensa e Información.

Darío Gazapo sale a la vida militar española en la XIV Promoción como oficial número uno de su promoción, en la que también estarán: Sánchez Peralta, Medina Santamaría, Escario Elósegui, Noguerol Adler, Fernández de la Fuente, Carroquino, Ortega, González Yuste, Manso de Zúñiga, Valdés Martel, Franco Bahamonde...

Coincidiendo con el Alzamiento de Melilla el comandante general del Archipiélago Canario Franco Bahamonde recibía el siguiente telegrama fechado en Melilla: “General Solans al general Franco. Este Ejército levantado en armas contra el Gobierno, habiéndose apoderado de todos los resortes del mando. ¡Viva España!”.

Este mismo día, autorizado por Madrid Franco viaja a Las Palmas para presidir el entierro del gobernador militar de Gran Canaria, Amado Balmes. Al aeropuerto de Gando llegaba una avioneta inglesa pilotada por el señor Bebb y ocupada por el señor Pollack, turista británico a quien acompañaba su hija.

Tras el sepelio se produce el embarque de Franco en una pequeña motora para trasladarse por mar al aeropuerto para utilizar la citada avioneta inglesa y en vuelo hasta Casablanca en el primer salto, y a Tetuán en el segundo donde toma tierra.

Tuvieron parte señalada en todo lo referente al avión y al viaje de Las Palmas a Tetuán, don Juan de la Cierva, joven inventor del autogiro, residente en Londres; el marqués de Luca de Tena; Luís Bolín, corresponsal a la sazón de “A B C” en Londres; el diplomático José Antonio Sangronizu; el teniente coronel Franco Salgado; Demetrio Mestre; el general de Sanidad Militar Cabardá; el teniente coronel jurídico Martínez Fusset; el capitán Villalobos, y dos o tres personas más.

En Tetuán, Sainz de Buruaga se presentaba a Franco con la consabida frase: “Sin novedad en Tetuán, mi general”. Así comienza la guerra civil española y una sublevación militar dirigido por Franco al mando del Ejército de África.

Para saber más: Instituto de Estudios Ceutíes en

http://www.secc.es/media/docs/2_2_FSanchez_Montoya.pdf